Salida al siluro con Alberto Millán

Mi cuñado Andrés llevaba un tiempo con la ilusión de hacer una salida al siluro, pero mi desconocimiento completo de ese mundo hacía que me costara lanzarme a la aventura. Lo único que sabía del siluro es que era un pez muy malo (si es que se le pudiera atribuir un concepto moral a un ser amoral) que se comía todos los peces que había pescado hasta ese momento. Así que para diversificar este conocimiento a priori, decidí ponerme en contacto con personas que sabían más que yo sobre el siluro.

Uno de los primeros en llamar fue a nuestro socio y patrocinador Darío Castillo (D.Cast), pues me había dicho el KVD de Massamagrell que algo sabía sobre la pesca del siluro. Tras una informativa y agradable conversación con Darío, me quedó claro que había básicamente dos modalidades de pesca del siluro: al lanzado y a pellets. La palabra pellets sólo la recordaba asociada a boiles y de la boca de nuestro socio Jaime Francisco Palomares, pero una imagen vale más que mil palabras.

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Volviendo al tema, la pesca del siluro al lanzado se practica principalmente en los meses de mayo y junio aprovechando la época de freza del siluro cuando las grandes hembras se acercan a las orillas, mientras que durante los meses más cálidos se utiliza la pesca a pellets. En estos meses más cálidos cuando la temperatura del agua es más elevada y el caudal del Ebro está en mínimos, las hembras buscan las zonas más profundas y frías del cauce del río. Más adelante, con la temporada de lluvias en otoño/invierno, las riadas del Ebro empujan al siluro hacia las orillas para evitar el fuerte flujo de la corriente. En este momento, la pesca idónea es al lanzado. Y hasta aquí todo mi escueto conocimiento sobre el siluro.

Darío me recomendó el mes de mayo cuando hace menos calor, ya que en verano los mosquitos a orillas del Ebro se te comen. Nos encontrábamos en el mes de agosto y cuando le dije a Andrés que la decisión óptima era esperar hasta mayo del año siguiente, no le pareció que mi decisión fuera tan óptima. Así que arrastrado por su ansia de sacar un siluro y con la festividad del 9 de octubre a la vista, nos lanzamos a la aventura de buscar un guía para nuestra salida. La idea peregrina de ir a la aventura a pescar siluro no era una opción cuando aprecias tu tiempo y no quieres fracasar estrepitosamente en el intento.

Tomada la decisión de ir en octubre, nos pusimos en contacto con compañeros del club que habían ido a pescar siluros, Enrique Muñoz y Cristian Piqueras, para que nos recomendaran guías de pesca de siluro. Gracias a ambos por vuestras recomendaciones.

Ante la carta de presentación del pequeño Cristian…

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… opté por su guía recomendado, Alberto Millán. Nótese que en aquel entonces Cristian era un efebo imberbe que ya apuntaba excelentes maneras.

Sobre Alberto, os invito a visitar su página web Siluros al Lanzado para conocerlo mejor. Personalmente, pensaba que Alberto era un total desconocido para mi, hasta que a mi vuelta de esta salida de pesca vi una foto en su álbum Nostalgia Esox (Alberto, espero que no te moleste).

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Una bombilla se iluminó dentro de mi cabeza. Este Alberto era el chaval que aparecía con grandes lucios en la sección de «Concurso fotográfico» de la extinta revista «Solo Pesca» allá por los años 90. ¡Qué pequeño es este mundo de la pesca!

Así que tras un intercambio de correos con Alberto y algunas llamadas telefónicas, acordamos ir un par de días de pesca con él. Nuestra idea inicial era hacer un descenso pescando con pato o al lanzado con embarcación, pero Alberto nos convenció para tomar la opción que sería la más productiva dadas las condiciones del agua. Así que pescamos a pellets durante dos días.

Al final los integrantes de esta salida fuimos Andrés, Álex (compañero de trabajo de Andrés) y un servidor que quedamos en la gasolinera de Sástago con Alberto a las 10:00 de la mañana.

Tras conocer a Alberto y enganchar su embarcación cuyo remolque estaba en boxes, salimos hacia el feudo de Carlos. La primera cosa que me llamó la atención es la necesidad de una embarcación cuando se pesca desde orilla, luego lo descubriría.

Cuando llegamos al lugar había dos pescadores que resultaron ser hermanos, y Carlos, el dueño de la finca que daba acceso al río Ebro, que nos guardaba el puestet. Bueno, se lo guardaba a Alberto.

En pocos minutos Alberto botó su embarcación y se dispuso a colocar cañas con la ayuda de Carlos y la nuestra. En este proceso, la embarcación era clave para colocar el cebo cuidadosamente en la poza guiado por una sonda.

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Instantes más tarde, nuestro trozo de orilla del río Ebro tenía el siguiente aspecto.

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Todas las cañas estaban lanzadas y listas para la acción.

Al rato, nuestros vecinos tenían una picada que se convertía en una carpa grande que no hacía feos a los pellets. Algo más tarde, estando aún por allí Carlos, otra picada a nuestro vecinos. En esta ocasión era un siluro. La expectación por ver aquel pez, del que tanto me habían hablado, nos hizo abandonar nuestras cañas para ver que salía.

¡Ah, pues no salía!, y que decía que no salía. En ese momento, es cuando de nuevo entra en acción la embarcación que se tiene preparada para los siluros grandes. Al ver algo dubitativo al vecino que sostenía la caña, Carlos tomó el relevo y de un salto subió a la Zodiac que venía prevista de un motor eléctrico Sigma. La primera imagen que me vino a la cabeza ante aquella escena fue la de un barco ballenero del siglo XIX.

Carlos se dirigió a la vertical donde se hallaba falcado en el lecho y lo levantó para empezar la lucha. Pocos minutos después, teníamos ante nuestros ojos el primer siluro :-O

Después de este captura, tuvieron que pasar varias horas hasta que una de nuestras cañas empezó a dar señales de vida. Alberto clavó el siluro con ganas y me pasó la caña. Empezó la lucha con el primer siluro de mi vida, lo peleaba como si fuera un bass aguantando las embestidas. Alberto, que estaba a mi lado observando la escena, estuvo a punto de darme un par de tortas, pero con una educación exquisita se limitó a decirme que no tuviera miedo a traerlo en recogida continua sin darle tregua, ya que era pequeño. ¿Pequeño? Era el pez más grande que había sacado en mi vida.

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Al final apareció un pequeño siluro de 15 kilos aproximadamente.

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Andrés disfrutaba como un niño posando con el siluro. El siluro parecía que también lo hacía.

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Esa sería la última captura de ese día. Cuando empezaba a anochecer nos retiramos al alojamiento que nos recomendó Alberto.

A la mañana siguiente madrugamos un poco más y a las 9:00 ya estábamos en la gasolinera de Sástago. Volvimos al puesto de Carlos y ese día teníamos el tramo de río para nosotros solos.

Alberto colocó los cebos sobre el lecho del río como había hecho el día anterior y esperamos la primera picada de la mañana. No tardó en llegar y una caña en el puesto ocupado por los hermanos en el día anterior empezó a zarandearse.

Andrés, tras un primer instante de pánico, cogió la caña y clavó lo que había a la otra parte. Lo que había a la otra parte parecía que peleaba, pero no en exceso. Dos o tres minutos más tarde una hermosa carpa aparecía en la orilla.

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Cada hora u hora y media, Alberto con nuestra ayuda cambiaba los cebos y cebaba la zona con un ritual ensayado tantas y tantas veces.

Estábamos de tertulia cuando de nuevo una caña en el mismo puesto que la carpa da señales de vida. Andrés y su compañero Álex debatieron durante unos segundos a quien le tocaba sacar la caña esta vez, mientras Alberto les pedía que uno de los dos la cogiera ya. Finalmente, Álex diciendo que la carpa no contaba cedió a Andrés el placer de sacar esa caña.

Andrés clavó como si le fuera la vida en ello (así se lo había pedido Alberto) y la batalla comenzó. Tras los primeros instantes, estaba claro que aquel siluro era más grande que el mío.

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Al cabo de unos minutos de pelea Andrés conseguía traerlo a la orilla, no sin desfondarse, un siluro que estaría en unos 30 kilos.

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Las babas de ese siluro impregnarían la ropa de Andrés para un tiempo, pero la alegría de estar sosteniendo su primer siluro le hacía olvidar ese detalle.

Yo también me hice la foto, pero sostener ese siluro con un solo brazo fue más un sufrimiento que un placer. Se puede observar por la cara que pongo.

Jorge

Ya sólo quedaba que picara uno más para que Álex sacara su siluro y tuviera la recompensa a esta salida de pesca. Renovamos los cebos una y otra vez hasta que llegó el momento en que Alberto dijo: «Va, un cambio más de cebos y damos por concluida la jornada». Era tarde y teníamos un camino de vuelta de 3 horas a casa.

Estábamos allí sentados contando los minutos para dar por concluida esta nuestra primera salida de pesca al siluro, cuando una de las cañas de la poza comenzó a agitarse. Esa poza que no había dado ni una sola picada durante casi 2 días, había finalmente despertado.

Era el turno de Álex que cogió la caña tras que Alberto clavara el siluro. Álex empezó a recoger, pero no estaba recuperando ni un metro de línea. Aquel siluro campaba a sus anchas. Alberto, ojo avizor experimentado le dijo a Álex: «Al barco«. Álex no oía las palabras de Alberto, estaba ensimismado por aquello que le arrastraba hacia el río. Tuvimos que sacar a Álex de su estado de ensimismamiento para que atendiera a Alberto y subiera al barco.

Al igual que había hecho el día anterior Carlos, Alberto posicionó el barco encima del siluro que se hallaba pegado al fondo en el cauce del río a unos 25 metros de nuestra orilla. En los primeras instantes, Álex sólo podía bombear para despegar el siluro del fondo y que se moviera a lo largo del cauce, pero no era tarea fácil. Este siluro era un 2 metros como ya había adelantado Alberto.

Andrés y yo observábamos en la lejanía la batalla de Álex con el siluro mientras Alberto pilotaba la embarcación. Cuando el siluro tiraba, la punta de la caña tocaba el agua en un ángulo de 90 grados. La fuerza de ese animal era brutal. Álex no podía más que bombear para recuperar línea, mientras el siluro arrastraba y giraba la embarcación.

La batalla estaba siendo épica. Álex llevaba 15 minutos de combate y empezaba a desfondarse. Tras aguantar de pie el combate, no aguantaba más y se postraba sobre el taburete para seguir peleando. Álex estaba sudando a chorros y mostraba una cara desencajada por el esfuerzo. Finalmente, el siluro tras aflorar varias veces, se rindió y Alberto lo sujeto con una cuerda por la mandíbula para remolcarlo hasta la orilla.

En esta ocasión, dejaremos que una imagen refleje lo que es una salida exitosa al siluro.

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Un siluro de 2.10 metros y un peso estimado en 50-60 kilos. A mi me tocó sostener la parte de la barriga y casi me deslomo. Ya no un pez, un animal imponente.

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Sin duda alguna, además de disponer de un excelente guía, la fortuna nos acompañó en esta nuestra primera salida al siluro, que no será la última. Cada uno de los integrantes de esta expedición tuvo la suerte de sacar un siluro y nos llevábamos una foto para el recuerdo con un 2 metros que nunca olvidaremos.

Despedimos esta peculiar crónica de nuestra salida al siluro, agradeciendo a Alberto su entrega para que unos novatos como nosotros hagamos realidad un sueño. Gracias y nos volveremos a ver en un futuro.

Nuestra web en 2014

Como en años anteriores, os presentamos las estadísticas de nuestra web para analizar su funcionamiento en 2014.

Si comparamos las estadísticas de 2014 con las estadísticas de 2013 observaremos que el número de visitantes de nuestra web sigue creciendo año tras año. De hecho, este año ha habido un incremento de casi 10% de visitantes frente al año anterior, y consecuentemente un mayor número de usuarios y de páginas vistas.

En cuanto a la distribución geográfica, Valencia sigue siendo el núcleo poblacional con mayor presencia, mientras que Madrid y Albacete aumentan su número de visitas, y Barcelona tiene una leve disminución de visitas. Luego tenemos núcleos de población como Torrente, Almansa y Requena con un número sorprendente de visitas.

Por último, los visitantes llegan a nuestra página web principalmente (43.50%) a través de buscadores en Internet, seguidos de redes sociales como Facebook y Twitter (31.81%) donde el club tiene una notoria actividad. También tenemos casi un 20% de visitantes que se saben nuestra dirección web de memoria y acceden directamente a la página principal. En menor medida (5.29%) tenemos visitantes que llegan a través de otras páginas web que nos enlazan.

Como comenté en la asamblea general, un año más os invito a contribuir a la página web de vuestro club para compartir vuestras jornadas de pesca y mantener el atractivo de nuestra web para visitantes y posibles patrocinadores. En este sentido, me gustaría agradecer la fidelidad de nuestros visitantes y patrocinadores a lo largo de este pasado año 2014, esperando contar con vosotros y con vuestras contribuciones en 2015.

¡Feliz año nuevo 2015!

Tortas y Lucios

Como ya viene siendo una tradición por estas fechas, Emilio me invitó a pasar una jornada de pesca en su santuario particular, aguas arriba de Contreras. En sus palabras, yo pondría el avío y él todo lo demás.

Así que con puntualidad inglesa estaba en el punto de encuentro, bar el Vasete de Minglanilla, a las 7:00. La siguiente parada sería nuestro gran descubrimiento de principios de temporada Pan & Café, una cafetería-horno de la localidad de La Pesquera. Emilio había encargado una torta de magras que hubo que complementar con otras dos tortas para que no pasáramos hambre.

Tras el desayuno mañanero nos enfilamos hacía una de las pocas rampas que dan acceso al embalse de Contreras con el nivel actual. Botamos la embarcación de Emilio y remontamos el Cabriel en busca de los grandes lucios.

El primer contacto se produciría con las primeras luces del día cuando un lucio seccionó la cola de mi mogambo cuando estaba a punto de llegar al barco. Buena señal, los lucios estaban activos.

Cuando nos quisimos dar cuenta eran las 10:00 (GMT+01) y nos adentramos en una récula soleada para dar cuenta de las primeras tortas de magras, mientras yo informaba a Emilio de las últimas novedades del mundo del bass.

Tras el almuerzo… creo que una imagen vale más que mil palabras…

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Emilio había rotulado los vasos para la ocasión 🙂

Seguimos remontando las aguas del Cabriel siguiendo el rastro de los alburnos que penetraban hacia la confluencia de los ríos Cabriel y Mira. Los alburnos se hallaban suspendidos en medio del cauce y con ellos seguramente el resto de depredadores. Cuando me quise dar cuenta, Emilio ya tenía clavado un buen lucio que no le daba excesiva batalla.

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Nótese como Emilio sostiene el mondadientes típico de un experimentado pescador de lucios.

No había pasado más de media hora cuando Emilio saca un crankbait luciero, lo coloca a la otra parte de la línea y recibe la primera picada fallida. Tras la rabieta correspondiente por la pérdida del pez, Emilio ejecuta un lance perfecto pegado a las piedras y un lucio, bueno luciete, zafaba su señuelo. Emilio me estaba ganando por goleada.

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Tuve que sacar mis mejores señuelos lucieros para pescar los cañones, es decir, un pikie Big Hammer para las grandes ocasiones. No tardó en darme mi primera captura.

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Tanta emoción dió sed a nuestro The Guardian al que le preparé un Gin Tonic bajo su supervisión y posó para la posteridad con la mítica cucharilla de lana roja.

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Volvíamos sobre nuestros pasos para salir de los cañones cuando nos encontramos con una agradable sorpresa, los hermanos Tórtola también estaban en el embalse y ya habían tenido sus capturas.

Sendos barcos bajamos en paralelo cuando en un lance tengo una picada que pensaba que era de un buen lucio hasta que la evidencia fue otra muy distinta.

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Cuando nos quisimos dar cuenta, ya era la hora de comer, así que como dirían algunos, nos machamos otra torta de magras varados en una orilla cercana.

Tras la comida subimos por el río Mira donde a pesar de la abundancia de alburnos, no tuvimos picada. Así que con los últimos rayos nos encaminamos de vuelta al embarcadero.

A medio camino cuando estábamos observando bolas de alburnos suspendidas en medio del cauce, Emilio tuvo una buena picada que sería su tercer lucio de la jornada.

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Minutos después era yo quien en el mismo punto tenía otra buena picada con el pikie Big Hammer, que ya comenzaba a estar un poco perjudicado. La batalla fue breve pero intensa.



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En ese momento pasaban por nuestro lado los Tórtola que también se dirigían hacia la rampa, y también ellos tenía una picada, pero se soltaba. Sin duda, nos encontrábamos en un momento de frenesí alimenticio.

Una vez más retomamos el camino de vuelta hacia la rampa, pero de nuevo Emilio se queda falcado con una lucio que pasaba por allí.

Un buen lucio cuyo peso estaría entre los 6-7 kilos. La mejor recompensa a una jornada luciera que había sido de las mejores de este año 2014.

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Emilio se despedía del lucio que había capturado hasta una próxima vez.

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No quedaba tiempo para más, la luna asomaba sobre las montañas y la oscuridad empezaba a reinar en el embalse. Así que con el olor de la victoria impregnando nuestras manos, nos despedimos de Contreras hasta una próxima jornada con un sabor de boca inmejorable.

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Esta crónica va dedicada a Emilio, hoy en el día de su cumpleaños. Espero que podamos compartir más jornadas lucieras como la de ese día. Un abrazo.

2ª Copa Bocarde

Un año mas, esta mi segunda competición a nivel nacional de bass y como no en la Copa Bocarde. Una competición en la cual me estrené como competidor de esta maravillosa modalidad de pesca, como es la pesca del black-bass desde embarcación, y en la que si en un futuro me es posible asistir no dudaré en estar allí rodeado de tan buenos amigos y de grandísimos pescadores.

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La Copa Bocarde se celebró los días 14 y 15 de Junio en el emblemático y grandioso embalse extremeño de Cijara.

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Un total de más de 45 embarcaciones se dieron cita para batirnos el cobre sobre el agua y a la vez pasar un finde maravilloso rodeado, como he dicho anteriormente, de muchos amigos y conocidos. Nuestro objetivo era sin duda pasarlo bien, presentar dos cupos y mejorar la posición de la edición anterior en la que habíamos quedado en el puesto 11.

Inicio de la competición

El jueves 12 de Junio a las 11:00 horas salía de mi Cieza (Murcia) dirección Puerto Rey (Extremadura) cargado de ilusión, ganas y sobre todo de material de pesca.

A las 17:00h ya estaba en territorio extremeño y como no esperando a mi amigo y compañero Ivan Merchan que llegase con nuestra bass boat. Como es habitual en el llegaría casi 1 hora tarde, cosa que aproveche para tomarme unas cervecitas y las típicas aceitunas machadas extremeñas (recomendables 100%). El amigo Iván llegaría en compañía de Carlos Bueno (miembro de la directiva de la AEBass). Asi los 3 partiríamos desde Herrera del Duque dirección a Puerto Rey, unos 40 minutos hablando sólo de pesca y estrategias que teníamos pensado aplicar.

Sobre las 21:30 llegaríamos a Puerto Rey. Allí nuestro amigo Fernando Cardiel nos esperaba en su hotel con una cena maravillosa y unas habitaciones 100% recomendables. Después de cenar nos quedaríamos hablando con tantos amigos que habían allí hasta las 2 de la madrugada. Se respiraba un ambiente de competición especial.

Día de entrenamiento

Este año la organización optó por incorporar a la agenda de la competición un día de entrenamiento, que fue el viernes 13 de Junio de 8:00 a 14:00.

Fue una cosa que nos vendría de maravilla ya que este año no habíamos ido a entrenar por motivos laborales. No teníamos ni idea de cómo se encontraba el embalse, menos mal que nuestros amigos Manuel Polo, Fernando y Sergio Villavarid nos informaron de algo, sin ellos hubiera sido más difícil.

Comenzaron los entrenamientos y sólo nos hicieron falta un par de horas para ver el embalse y el comportamiento de los peces. Parece como si un hada madrina nos hubiera guiado a una zona del embalse que nosotros ni en nuestros pensamientos mas profundos hubiéramos ido, pero la pesca es así y por intuición allí fuimos. En 2 horas habíamos hecho dos cupos sin querer.

Pronto nos marchamos de la zona evidentemente para no machacarla y probar más zonas del embalse. Pensábamos que esa zona tenía peces activos pero que en las otras estarían también buenos. Sin embargo, el cambio era brutal, parecía otro embalse. Teníamos picadas pero ni mucho menos como en nuestra zona de primera hora. Regresaríamos a última hora de los entrenamientos a ver si había sido un pico de actividad o era una zona que por cualquier razón los peces estaban activos. Fue llegar y todavía seguían picando. Nos la jugaríamos a una carta y así fue. Para nosotros habían acabado los entrenamientos y muy felices la verdad.

Primera manga

Este año los nervios se notaban que eran muchos menos que en la pasada edición. Ser novato es muy malo. Hay que admitir que la experiencia en toda actividad es un punto a favor y en la pesca no iba a ser menos.

A las 7 estábamos en el agua con nuestros equipos preparados y con la plica recogida. Llegaría el turno de salir y los nervios estaban a flor de piel.

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Bocinazo e Iván salía con nuesta bass boat a todo gas a nuestra zona de entrenamientos. Rezábamos que no hubiera nadie allí y que nos fastidiaran la zona.

Gracias a Dios, así fue. Según llegábamos no veíamos a nadie, el primer punto estaba a nuestro alcance. Fue llegar y nuestros jerkbaits, spinners, crankbaits y paseantes estaban en acción. En 2 horas ya llevábamos 3 peces en el vivero lo que nos daba una tranquilidad inmensa. Después de esas dos horas optamos por dejar la zona descansar y cambiar por otros puntos cercanos que teníamos entrenado.

Así sería y fue llegar al siguiente punto y en una hora tendríamos el cupo en el vivero. Ahora sólo era cuestión de aumentar de peso y optamos por buscar peces suspendidos en aguas abiertas. Ya sabemos de la dificultad que esto conlleva, ya que se tratan de peces difíciles y que están en zonas sin estructuras cercanas que te guíen.

Le dedicamos un par de horas a la sonda y conseguimos sacar dos peces de buen porte que nos aumentarían el pesaje. Ya era hora de dejar la zona descansar para la segunda manga y sobre todo como estrategia para que los rivales no nos vieran en esa zona, ya que en el mundo de la competición las segundas mangas son las complicadas y los rivales las tienen estudiadas al máximo nivel. Pasaríamos 4 horas pescando en diferentes zonas del embalse pero no conseguimos cambiar peces. La presión que estaba sufriendo el embalse y la suma de las altísimas temperaturas hacían que el embalse se convirtiera en un infierno con peces muy muy difíciles. El trabajo ya lo habíamos hecho con un cupo de unos 7 kg quedando en una meritoria 11ª posición a sólo 1,5 kg de los primeros. Todo estaba abierto para la segunda manga.

Segunda manga

Comenzó la segunda manga. Mismo movimiento que en la primera manga, un buen desayuno, bass boat preparada y plica recogida entregada por Fran Pérez que no se me olvidara los que nos dijo: Si me falláis, aquí no volváis.

La segunda manga dió inicio y como en la anterior saldríamos a todo gas a nuestro punto. Allí nos esperaba solitario y con una brisa que hacía que nos pusiéramos abrigo hasta que nuestro amigo el sol nos calentara.

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Tiramos el motor eléctrico al agua y desde bien lejos nos acercamos a la zona sin hacer ni el más mínimo ruido. Ahora viene lo que mi amigo y compañero Iván y un servidor no vamos a olvidar en nuestras vidas. En tan sólo una hora llevábamos en el vivero 9kg de peces que sin duda sabíamos nos auparían al 1º puesto o a las malas a un 2º puesto de la general. Sabíamos que la habíamos liado muy pero que muy bien, los gritos en el barco se oían hasta en Puerto Rey. Había una explosión de peces gordos casi todos de 2kg comiendo en un frenesí total.

Pero amigo, cuando uno no está iniciado en el mundo de la pesca y menos en la competición, no se puede imaginar que todo lo que parece tan bonito al minuto pasa a ser desagradable. Como una pesadilla de la cual quieres que pase cuanto antes, y así fue. Para mí la manga hubiera terminado a las 9 de la mañana, pero teníamos que aguantar hasta las 16:00 con 9 kg de peces en el vivero con todo lo que eso conlleva.

No, no hubo que esperar hasta las 16:00 porque 5 minutos después de hacer esa hazaña, yo no dejaría de pensar en esos peces y un pez que teníamos en el vivero de 2.3kg, el más grande de todos, al abrir el vivero estaría panza arriba. No me lo podía creer, incluso se me saltaron unas lágrimas de la impotencia que me daba ver un pez tan bonito y difícil de capturar nos había tirado por tierras todo el trabajo. Estaríamos reanimándolo cerca de 20 minutos, pero sería imposible sacarlo adelante y acabaría muriendo. El bajón que nos pegaría el cuerpo sería tremendo, pero teníamos que seguir adelante e intentar sacar otro pez parecido.

Fue imposible en todas las horas que restaban. Aun así sacaríamos muchos peces de medida y pudimos meter otro buen pez en el vivero y subir el pesaje casi a 8kg.

Estaríamos todo el resto de la manga buscando un 2 kilos que nos metiera en el podium pero nos fue imposible. Con swimbaits buscamos peces suspendidos en los bancos de alburnos, pero no pasaban del 1.2kg.

A falta de 2 horas para finalizar la prueba decidimos irnos a la sombra de los eucaliptos de la zona de la presa, a ver si allí sonaba la flauta y ya de paso prepararlo todo a la sombrita. Después de media hora de viaje en nuestra barca, llegaríamos a las zona de sombra. Allí probaríamos un buen rato a ver si salia algo que nos aupara al podium, pero no pudo ser.

Un servidor ya cansado decidió recoger todo el material y dejar las cosas preparadas para la vuelta a Murcia después de la prueba. Una vez recogido todo el material y con una felicidad inmensa por lo bien que nos lo habíamos pasado, me decido a mirar a los peces en el vivero. Cual es mi decepción que de los 5 peces 3 estaban boca arriba, nunca pero nunca me había sentido así. Me quedé en estado de shock, en todo lo que llevo en el mundo de la competición en el fútbol, no me había pasado. No sabia si llorar o que hacer, se lo comunique a Iván. En un primer instante pensaba que estaba de broma, ya que soy asiduo a dichas bromitas, pero al verme la cara, se le pasó por la cabeza lo peor.

Nos quedaban 40 minutos para arreglar ese desastre y yo era incapaz de moverme. Iván se dedicó esos 40 minutos a reanimar a esos peces sacándolos todos adelante, echándole bolsas de hielo al vivero para oxigenar el agua y bajar la temperatura. Llegaríamos al pesaje justitos y con los peces vivitos y coleando. Pesamos casi 8kg y quedaríamos en un 6 puesto que nos supo de maravilla. Nos quedamos a sólo 1.5kg aproximadamente del primero. Ese pez de 2.3kg, lo que nos vamos a acordar de él, pero así es la pesca. Un consejo para todos los competidores, llevar polvos anti-estrés en el barco y observar los peces continuamente, sobretodo cuando las temperaturas son elevadas.

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Aquí termina nuestra segunda Copa Bocarde en la que rozamos la gloria, pero en la que nos fuimos orgullosos de hacer un campeonato casi perfecto y todo como teníamos entrenado. El año que viene más y esperemos seguir progresando en la clasificación.

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Abrazos a todos los miembros de mis clubes, el Valencia Bass y el Murcia Bass.

I love fishing

Lucio Jamonero en Contreras

Como viene siendo habitual por estas fechas, celebramos el lucio jamonero en Contreras para el goce y disfrute de nuestros socios. Este evento que se ha establecido de forma permanente en el calendario de nuestro club y es una nueva oportunidad inmejorable de hacer club y conocer a los socios que lo conformamos.

Al igual que el pasado año, unos cuantos comodones nos fuimos a pernoctar a Kiko Park para disfrutar de las cabañas de madera y de una cena al lado del fuego.

En mi caso tuve el placer de ser acompañado de mi hermana Maria José y mi cuñado Andrés que ante las altas expectativas que despertaba el Gorrino Fest que les esperaban al día siguiente, no quisieron perdérselo. Cuando llegamos, ya nos esperaban Emilio The Guardian y nuestro presi, Miguel, que picoteaban antes de la cena.

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Estando allí, llegó el segundo grupo constituido por el siempre Molt Honorable, Juan Leyton y Javivi que no quisieron perderse la previa del lucio jamonero. Llegaron a tiempo para que Vicente, docente innato, me recordara con una clase magistral como realizar el nudo FG, también conocido como nudo Sebile.

Mientras tanto, a 90 kilómetros de distancia, unos albaceteños de esos de navaja en fajín hacían un montaje inédito e innovador. Todo sea por el lucio jamonero.

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Tanto trajín nos abrió el hambre, así que nos reunimos alrededor de una mesa para compartir los alimentos…

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Después de la cena nos fuimos a dormir para despertarnos a la mañana siguiente con una escarcha considerable.

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Cuando llegamos a la rampa nos encontramos un panorama de barcos que ya quisiera el Classic.

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Allí coincidimos con los compañeros de Bass Utiel que estaban calentando motores antes de la salida y eso que van a eléctrico.

Pocos minutos después salíamos en dirección a las puntas de los cortados dirección a la presa. Andrés rentabilizaba la inversión en su cámara GoPro-style dándonos una visión completa de las condiciones en Contreras de buena mañana.

Como se puede comprobar, mis polluelos gozaban sacándole el máximo partido a su cámara.

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Las primeras horas de pesca no depararon ninguna picada. No fue hasta que el sol asomó por encima de las montañas cuando algunos lucios dieron la cara.

Empezamos por el joven Álvaro que no suele fallar en Contreras, y el lucio jamonero no sería una excepción.

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Seguidamente unos zagales manchegos lo daban todo y más cuando hay un premio de verdad de por medio. El Mune posaba con un lucio sorprendentemente flaco.

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Junto con Álvaro iba Enrique que estrenaba embarcación recientemente restaurada.

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La gente de Requena se nota que tienen Contreras controlado y Dani tampoco fallaba.

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En representación de la sección femenina del club, Maria José, tras una picada fallada con rabieta incluida, clavaba un buen lucio que subía la barco para su alborozo.

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Tras su pesaje dando 2.63kg, el lucio fue liberado en el mismo lugar y Andrés grabó un vídeo con un final inédito para muchos de nosotros.

Por último, ante vosotros, el lucio jamonero de este año en Contreras a manos de Jorge. Una foto preciosa realizada por su compañero Cristian.

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A partir de las 13:00, las señales de humo que provenían de la orilla invitaban a los participantes del lucio jamonero a volver a tierra firme.

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Sin embargo, apurábamos nuestras últimas oportunidades en los pilares del AVE antes de rendirnos ante la evidencia.

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Mientras tanto en la rampa, algunos adelantaban su salida del agua para evitar el atasco. Nosotros hicimos lo mismo para ver que era eso que se asaba en la terraza de Contreras.

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Cuando llegamos a la terraza, el master chef José Miguel (padre de Emilio) y su ayudante (también conocido como asao assistant) tenían dispuesta una mesa que se comía con los ojos: lonchas de trucha marinadas por José Miguel y platos de salchichón y queso.

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José Miguel y el asao assistant enfundados en su mono de trabajo lo estaban dando todo.

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Las brasas era la envidia de la contorná.

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Nos sentamos a la mesa y empezamos el grand-slam que José Miguel nos tenía preparado. Jose Miguel nos iba sirviendo los diversos productos porcinos al ritmo que dictaban las ascuas.

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José Miguel era una máquina. Como se puede observar, iba pisando el acelerador con dos parrillas de vetilla en paralelo, sin compasión.

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Cuando pensábamos que ya no había nada más y algunos a punto de explotar, José Miguel nos daba la puntilla con los embutidos que salían de las brasas. ¡Espectacular!

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En ese momento fueron cuando hubieron voces que se alzaron pidiendo: «¡Qué le apaguen la lumbre a ese hombre!». Otros pedían agua (para apagarle la lumbre). Sin duda alguna, aquella comida había sido orquestado magníficamente por el Lorin Maazel de los asados. Muchas gracias, José Miguel.

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Como se puede comprobar por los fiambreras preparadas, hubo para todos y para otros tantos.

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Nuestro recién adherido socio, Javier Sanz, nos regalaba dos tortas riquísimas de miel, almendras y anisetes de las que dieron buena cuenta los asistentes. Gracias, Javi.

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Se descorcharon botellas de sidra para despedir la temporada, e incluso hubo ocasión de debatir temas tan controvertidos como quienes son mejores pescadores, los manchegos o los valencianos. Se puede observar como tengo que pararles los pies al Mune y a Richi a riesgo de llevarme una tanda de puñetazos (nótese como el Mune cierra el puño preparado para sacudirme). 🙂

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Por último, nuestro presidente, Miguel, hizo entrega del lote compuesto por jamón, salchichón, chorizo y queso a los justos ganadores, Jorge y Cristian, con un lucio de 4kg. Se puede apreciar la felicidad en sus caras.

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Con esta entrega de trofeo cerramos el lucio jamonero por este año. Sin duda, agradecer enormemente a Jose Miguel, Emilio y al asao assistant su inestimable entrega en que otros disfruten de una comida a pie de embalse en un día magnífico y para el recuerdo. Muchas gracias.

Nos despedimos deseándoos unas felices fiestas en compañía de vuestra familia y amigos.