La profanación del santuario y el castigo divino

Prólogo

Esta crónica será un poco más extensa de lo normal porque se alimenta del mismo relato planteado desde 3 puntos de vista. Que conste en acta que todos los comentarios de esta crónica están enfocados desde el buen rollo y del único ánimo de informaros para que no se repitan situaciones que pueden dar al traste con un buen día de pesca. Seguid leyendo.

La profanación del santuario

Esta inolvidable, ya para algunos, crónica se fragua alrededor de una mesa de bar en buena camaradería uno de tantos jueves cenando en el club.

Habíamos quedado después de algunas conversaciones en las qué hablábamos embelesados de preciosos lugares perdidos y con poblaciones aceptables de peces. Cisco, Javi, Paco y Javier Mateo, un gran guía y mejor persona, conocedor de parajes casi vírgenes de difícil acceso y gran aficionado de la pesca deportiva, con una técnica muy depurada y una puesta en escena fuera de cualquiera duda.

En un lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, ¡ni debo! por ser el santuario luciero de algún manchego ilustre que guardaba celosamente en secreto a modo de tesssssoro.

La especie a perseguir esta vez sería el gran Esox Lucius, esperábamos unas temperaturas extremas para las que nos preparamos a conciencia con la ropa necesaria (las bebidas espirituosas quedaron para otra ocasión). A las 7:30 a.m. (muy tarde para alguno que yo me sé) quedamos unos cuantos en Vilamarxant para ir a recoger la barca con un frío del carajo. Ya íbamos de camino al encuentro con nuestro skipper, cuando vimos en el termómetro del coche la friolera (nunca mejor dicho) de 9ºC bajo cero en algunas partes del recorrido, nos vinieron a la memoria las palabras de algún pequeño gran hombre que nos auguraba una gran porra y nos aconsejaba para el sábado por la mañana un cursillo acelerado de montaje de moscas para salmón, pero después de ver los resultados se equivocó, pero poco.

Mientras tanto un par de incautos sedientos de pesca adelantaban el comienzo de su jornada de pesca encontrándose con temperaturas de 7 bajo cero mientras navegaban. Como ellos mismos relataban, el hielo en las anillas y en el guíahilos del carrete hacía imposible la pesca. Así que en una escapada hacia delante buscaron los primeros rayos del dios Helios. Por allí estuvieron dando vueltas hasta que en una punta a la caída con un pikie de Storm powered by Revert & Son sacaron el que sería primer y único lucio de la jornada. Estaría entre 2 y 3 kilos, ya tenían salvada la honrilla.

lucio_jorge

A eso de las 10:00 h empezaba la jornada para las otras 2 embarcaciones deleitándose con los paisajes por los que iban pasando. Justo en la rampa Paco y Javi izaron su primera captura conseguida en un árbol, el día prometía.

1

Íbamos pescando casi en paralelo uno por cada orilla sin mucho éxito pero con en ese gusanillo que te da saber que en cada lance puedes conseguir el pez de tu vida. Pusimos la barca mirando a la meca y comenzamos nuestras oraciones en el santuario. Así fueron pasando las horas hasta que en un afortunado lance (motivado seguro por los rezos) Paco clavó el primer pez del día. Un bonito lucio que nos regaló su baba por toda la moqueta y que volvió rápidamente a las aguas de… (¿pensabais que iba a decir el sitio?, no esta vez).

3

Hablando de la baba de otros animales y con ilusiones renovadas seguimos machacando las zonas, pescando hacia adentro y hacia dentro, con crankbaits, con mogambos y pikies despacio por el fondo, con aliens imposibles pescando a toda velocidad, etc. y un poco después del mediodía otra vez Paco clavó otro lucio, esta vez algo mayor. Después de algunos gritos sobre el tamaño del pez para minar la moral de Javi y Cisco que estaban enfrente subimos al barco este lucio de más de 6 kilos, «a no que lo he mirao en libras«, unos 3.5 kilos.

4

Después de sacar este último lucio seguimos avanzando curva tras curva quitando cada poco tiempo el hielo del guiahilos y las anillas. Salimos de los cortados cuando Paco divisó a lo lejos una barca en la cual navegaban unas figuras quijotescas con su fiel can siempre alerta. Les hicimos señales acústicas amistosas como: ¡Ya estamos aquí!, a las cuales no recibimos ninguna contestación ¿sería por el frío?, ¿se les habría helado la lengua? Paramos a comer y de repente la megabarca propulsada por dos potentes motores eléctricos poperos, cargada con sus 3 tripulantes se acercó a pegar un bocado. ¡Sí, eran ellos!, la ley de Cortes, su fiel ayudante Lucky y nuestro buen amigo Jorge.

5

Estuvimos comiendo, viendo alguna cara larga, comentando como iba el día y oyendo alguna mentira que otra (allá cada uno con su conciencia pero la policía no es tonta). A modo de anécdota diremos que donde comimos al sol a las 14:30 todavía quedaba hielo.

7

Poco a poco fuimos volviendo hacia la rampa ya que la tarde se nos echaba encima y el camino era largo desde… (¡qué no lo digo!). La tarde no deparó ni una sola picada para algunos lo que fertilizó la tertulia de los pescadores con comentarios subidos de tono tanto por el contenido como por el volumen de sus voces.

Mientras tanto Paco y Javi seguían en animada charla lanzando incansablemente a cada postura hasta que Javi tuvo una picada en un crankbait de profundidad que le había dejado Paco (más ducho en las artes para el lucio), debido a un fallo de coordinación el hilo se enredó en la hélice del motor popero y el pez dijo bye bye.

El otro Javi y Cisco corrían suerte parecida perdiendo un buen pez al que el ojo de halcón de Javi le echaba unos 7 kilos. El KVD de Massamagrell estaba tenso, iba porra y eso no era normal para él (otros ya estamos acostumbrados). Eso es todo lo que depararía la tarde.

El castigo divino

Llegamos con los últimos rayos del poco sol al punto de partida, después de casi 7 horas de spinning y frío sólo pensando en la estufa de casa, creyendo que todo había terminado y que el día no daría más de sí, pero allí estaba The Guardian, con su estilo tan particular de sacar la embarcación: su musiquita bacalaera y el remolque hasta la carraca pensando que lleva un Hummer o en el mejor de los casos el 3.000 del Molt Honorable (nótese que aunque ya no sea presidente del VBC la categoría de Molt Honorable es vitalicia por los estatutos del club, no así la pensión ya que la propuesta fue rechazada en la última asamblea general). La mala suerte se puso contra el bueno de Emilio y se salió del camino sumergido hasta que casi vuelca quedándose encallado, embarrancado o «empanzao» como dicen algunos oriundos.

8

De repente el agua entró dentro del habitáculo hasta igualar el nivel del pantano (es física pura), con el nerviosismo lógico del conductor. Le aconsejamos salir del coche por si se hundía, pero él como buen capitán dijo que no abandonaría el barco y a su ayudante canino le tocó quedarse por cojones. Después de debatir posibles soluciones mediante la técnica de Brainstorming, Javi Mateo y Jorge consiguieron ayuda en el pueblo más cercano. Por suerte dieron con los mozos del pueblo que estaban haciendo los ejercicios de precalentamiento en el bar para una espera al jabalí. Así que como parte de este precalentamiento, el hecho de ir a sacar un coche empanzao era a la vez un ejercicio más y diversión asegurada.

Jorge, desobedeciendo los consejos de su madre, se subió en el coche de unos desconocidos que había conocido en un bar y se lanzó a pecho descubierto a salvar a su compañero de pesca en la operación de rescate que sería bautizada como «Liberad a Willy». En el camino que nos llevaría a una inspección inicial de la situación, la tertulia con los mozos del pueblo fue breve pero intensa, enseñando estos las heridas de guerra y sangre de la última espera al jabalí. Tras subir y bajar por un terraplén que hizo temer por la vida de los rescatadores, estos evaluaron la situación y acordaron los medios necesarios para el rescate: eslinga y todoterreno del Tate.

9

Minutos más tarde, que se hicieron una eternidad para Emilio al cual le dábamos conversación para evitar su total hundimiento moral (nótese este último sustantivo), llegaron los rescatadores: 5 maromos en un Terrano 2.7 con una eslinga de acero como el brazo de Miguel Franco. Enganchada la eslinga y distribuidos los pesos en los puntos clave de los dos vehículos, felizmente el coche de Emilio salió rápidamente del atolladero.

10

Emilio blanco como la pared agradecía a los rescatadores su ayuda y se abrazaba a unos y a otros, como diría la madre de Jorge,»deshechico por los nervios» pasados. Al abrir las puertas del coche una cortina de agua salió dándonos la bienvenida, mientras Lucky atónito con el canguis aún en el cuerpo observaba como invitado de piedra la situación vivida. Afortunadamente, sólo hubo que lamentar que se estropeara la etapa de potencia bacalaera de Emilio, que fue por los aires, pero por los aires.

Unos nos fuimos a casa, Emilio, Jorge y Lucky se fueron a invitar a una ronda a sus salvadores como pago por el rescate. Emilio y Jorge, tras unas vueltas por las laberínticas y estrechas calles del pueblo que en más de una ocasión pensaban que redondeaban alguna esquina, dieron con los rescatadores.

Allí acabó la jornada de pesca para Emilio y Jorge entre porrones de cerveza con los quintos del pueblo que celebraban los cumpleaños de dos de ellos junto con anécdotas de días de campo como «iba borracho, pero cogí el coche, y subí y baje aquel talud empinao pero así, así era» o «me quedé parao en medio del río». Si soltaron metralla después de la celebración eso sólo lo saben ellos.

Y abrazados por la luna empezamos el regreso a casa.

A todo esto sacamos unas conclusiones:

  1. No ir nunca solo a pescar y si se puede, varias embarcaciones.
  2. No desprecies a la gente aunque te pesquen algún puestet porque te pueden salvar el culo.
  3. El perro es el mejor amigo del hombre.
  4. En el coche siempre hay que ponerse el cinturón y si se puede, el chaleco salvavidas pues también.

Epílogo

Nos alegramos mucho todos de que saliera bien y esto se quede sólo en una anécdota que le ha pasado a Emilio y que el frío aire de Albacete secará pronto, pero mañana nos puede pasar a cualquiera.

Por favor, precaución tanto en tierra como en el agua y seamos conscientes de lo que tenemos entre manos.

Bookmark the permalink.

Comments are closed.