El pasado 3 de enero Cisco y yo volvimos a improvisar una salida de pesca. Esta vez fue con su barco Eduard al embalse de Benagéber. La predicción meteorológica era adversa con fuertes vientos de poniente que al final sólo se hicieron patentes tras el mediodía y un día nublado que esporádicamente dejó ver el sol.
El agua se enfriaba poco a poco, ya apenas llegaba a los 11 grados y no sabíamos como nos encontraríamos los peces. Así que botamos la embarcación e hicimos un recorrido ea favor de las agujas del reloj desde la rampa de botadura hacia la fuente de La Pardala, por si el viento arreciaba conforme avanzaba el día. Efectivamente así fue.
Como ya parte del equipamiento de pesca, montamos a bordo la Xiaomi Yi con su trípode bien sujeto al barco para que no se volara y sólo quedaba decir aquello de: luces, cámara, acción.
Al poco de empezar, Cisco barría la orilla con un crankbait y no le daba a tiempo a dar dos vueltas a la manivela cuando ya peleaba el primer pez. Este pez pesó 1.8kg.
Seguimos por esa orilla y en una zona de puntas con piedras, tan típicas de Benagéber, Cisco se hacía con el segundo a jig. Un buen pez que pesó 1.9kg, como se puede observar ese pez estaba muy gordo.
Nos cambiamos de orilla para ir bajando hacia la entrada a los cañones, pero antes paramos a comer en un récula cobijados del viento de poniente que ya se hacía notar.
Retomamos la acción de pesca y poco tiempo después nos encontramos con Perero y su compañero que iban batiendo orilla a la velocidad de la luz y en contra del viento. Se les estaba dando mal, sólo llevaban 5 peces.
Seguimos dirección hacia el cañón y sobre una punta muy larga Cisco saca el tercer pez con crankbait golpeando sobre la punta. Otro buen pez algo menor que los anteriores. Os recomiendo que bajéis el volumen para ver el vídeo porque el viento de poniente era ya muy molesto.
Probamos en la entrada de los cañones por el lado oeste, pero ni picada. Así que probamos a entrar por los cañones para ver si hubiera alguno suspendido en las paredes, pero el viento se encañonaba y nos tocaba hacer power-fishing con crankbait o jerkbait, sin suerte ninguna.
Fuimos saliendo de los cañones cuando vimos que las nubes iban bajando y una ligera cortina de lluvia se acercaba desde la lejanía. Nos íbamos a mojar, aunque sería poco.
Antes de salir de los cañones, aprovechando que el viento nos los permitía, pescamos algo más despacio. Cisco estaba deseando sacar un pez a drop-shot e insistía una y otra vez.
En ese momento la lluvia hizo acto de presencia y tuve que encapsular a la cámara sabiendo que sólo tendríamos 1 hora de grabación gracias a la batería. Estaba colocando la cámara sobre el trípode después de encapsularla cuando Cisco ya llevaba clavado su cuarto pez. Esta vez a drop-shot.
Insistimos sobre la punta de entrada al cañón una y otra vez, pero no obtuvimos resultados.
Estábamos ya ultimando nuestros últimos momentos de pesca porque el viento iba a más y no queríamos que se nos hiciera muy tarde para cruzar la parte ancha del embalse a eléctrico.
Como despedida Cisco hace algunos lances con el jerkabait que tan buenos resultados nos había dado en temporadas pasadas y mientras yo tenía el drop-shot enganchando, clava su quinto y último pez. Un pez también muy bueno que creo recordar estuvo en 1.9kg.
Con este pez y algunos lances más decidimos poner fin a esta jornada de pesca para volver a puerto con un oleaje considerable ante el cual Eduard no se amilanó.
En una jornada de pesca como está, tras comerme una porra (un bolo para los manchegos) es cuando a uno le viene a la cabeza aquella mítica frase de The Guardian: ¡Qué injusta es la pesca!
Esperemos que tengamos días mejores de pesca en 2016 🙂