Siempre había sido un sueño el poder pescar un día en uno de los mejores escenarios para la pesca del black-bass en el mundo, y por fin se hacía realidad. Al final conformamos un grupo de 8 personas para hacer ese viaje a Lake Bacurato (México): Felipe, Gustavo, Paco, Nicolai, Fede, Dario, Juan y un servidor.
Después de pasar meses planificando qué equipos y señuelos llevarnos a Bacurato, salíamos rumbo al aeropuerto de Barajas. Una vez ya en el aeropuerto empezamos a facturar las maletas y tubos donde transportábamos nuestros equipos. Juan y yo preparados para cumplir un sueño.
Juan con los bazocas a cuesta junto a Fede impacientes por empezar el viaje.
Partíamos rumbo a Lake Bacurato con una primera escala en México D.F. y los nervios estaban a flor de piel. Juan y yo no podíamos creer que estuviéramos cumpliendo un sueño.
Este primer vuelo era muy largo y se tardarían 11 horas y media en completarlo.
Tras cenar algo, nos quedamos dormidos y en un cerrar y abrir de ojos ya nos estábamos aproximando a México D.F. Por fin llegábamos a México D.F., Fede y Nicolai recogían su abundante equipaje y se dirigían a la conexión.
Juan bromeaba con Gustavo mientras esperaban su equipaje.
Después de que todos hubiéramos recogido los equipajes, nos dirigimos a facturar las maletas para el siguiente vuelo. Gustavo, Juan y un servidor en el transbordador con una sonrisa de oreja a oreja.
El avión ya estaba preparado para volar…
…a la ciudad de Hermosillo, una de las cinco mejores ciudades de México para vivir, que se encontraba a tres horas de vuelo.
Embarcamos de nuevo y el avión despegó sobrevolando la ciudad de México D.F. Os dejo esta foto aérea de la ciudad.
Tras un total de 15 horas de vuelo llegamos al aeropuerto de Hermosillo. Estábamos alucinando del clima tan bueno que hacia allí en pleno mes de Enero. En la ciudad de Hermosillo nos esperaba un primo de Raúl Murra, que nos daría un paseo por la ciudad y nos llevaría a comer a un restaurante, mientras esperábamos al próximo y último vuelo.
Como se puede apreciar, el vehículo que nos esperaba era un truck americano de gran cilindrada para 9 plazas. Se nota que el precio de la gasolina es bajo. Una vez distribuidos los 9 pasajeros en el coche, fuimos al restaurante. En la parte de atrás Fede, Gustavo y Darío.
Una vez llegamos al restaurante, el camarero nos tomó esta foto para el recuerdo.
Estábamos hambrientos tras el largo viaje, pero empezaron a traer platos y platos, y aquello nos superó.
Después de disfrutar de la cocina mexicana con algún plato nuevo para nosotros, reanudamos la ruta turística por la ciudad de Hermosillo. En esta ruta, Juan y Feder posaban con un truck que quitaba el hipo.
Después de esta ruta pusimos rumbo hacia el aeropuerto para coger el último avión que nos llevaría al aeropuerto de Los Mochis.
Embarcamos de nuevo y haríamos el último vuelto antes de llegar a Lake Bacurato. El cansancio ya comenzaba a hacer mella en algunos miembros del grupo. Darío y Fede mostraba signos de agotamiento.
Otros, como Gustavo, más acostumbrados a realizar este trayecto, iban tan feliz.
Empezamos a coger altura y las vistas eran preciosas.
La duración del vuelo al aeropuerto de Los Mochis estaba estimado en una hora. Os dejo una impresionante foto crepuscular sobre el mar.
Una vez llegamos a nuestro destino nos hicimos una foto de rigor. De izquierda a derecha: Paco, Darío, Fede, Juan, Nicolai y un servidor.
Allí nos esperaba Raul Murra con todos sus ayudantes para llevarnos al centro de Bacurato. En esta foto aparece Raúl Murra con camisa verde y Beto Boone con camisa naranja.
Los coches estaban ya preparados con todos los equipajes para salir rumbo a Lake Bacurato.
Estábamos ya hartos de tantas horas de vuelo, pero aún nos quedaban dos horas en coche para llegar a nuestro destino final.
Allí nos esperaba una cena de gala donde se cuidaba todo hasta el más mínimo detalle.
Nótese el detalle de los platos y cubiertos, yo estaba flipando.
Después de cenar nos distribuyeron en chalets. Os presento el chalet que nos tocó a Juan y a un servidor que era muy confortable, incluso con cañas de pescar.
Ya dentro de la casa nos dispusimos a preparar las cañas y señuelos para el primer día de pesca en el mítico Lake Bacurato.
Esa noche dormiría plácidamente para afrontar el primer día de un sueño, pescar en Lake Bacurato…