Un año mas, esta mi segunda competición a nivel nacional de bass y como no en la Copa Bocarde. Una competición en la cual me estrené como competidor de esta maravillosa modalidad de pesca, como es la pesca del black-bass desde embarcación, y en la que si en un futuro me es posible asistir no dudaré en estar allí rodeado de tan buenos amigos y de grandísimos pescadores.
La Copa Bocarde se celebró los días 14 y 15 de Junio en el emblemático y grandioso embalse extremeño de Cijara.
Un total de más de 45 embarcaciones se dieron cita para batirnos el cobre sobre el agua y a la vez pasar un finde maravilloso rodeado, como he dicho anteriormente, de muchos amigos y conocidos. Nuestro objetivo era sin duda pasarlo bien, presentar dos cupos y mejorar la posición de la edición anterior en la que habíamos quedado en el puesto 11.
Inicio de la competición
El jueves 12 de Junio a las 11:00 horas salía de mi Cieza (Murcia) dirección Puerto Rey (Extremadura) cargado de ilusión, ganas y sobre todo de material de pesca.
A las 17:00h ya estaba en territorio extremeño y como no esperando a mi amigo y compañero Ivan Merchan que llegase con nuestra bass boat. Como es habitual en el llegaría casi 1 hora tarde, cosa que aproveche para tomarme unas cervecitas y las típicas aceitunas machadas extremeñas (recomendables 100%). El amigo Iván llegaría en compañía de Carlos Bueno (miembro de la directiva de la AEBass). Asi los 3 partiríamos desde Herrera del Duque dirección a Puerto Rey, unos 40 minutos hablando sólo de pesca y estrategias que teníamos pensado aplicar.
Sobre las 21:30 llegaríamos a Puerto Rey. Allí nuestro amigo Fernando Cardiel nos esperaba en su hotel con una cena maravillosa y unas habitaciones 100% recomendables. Después de cenar nos quedaríamos hablando con tantos amigos que habían allí hasta las 2 de la madrugada. Se respiraba un ambiente de competición especial.
Día de entrenamiento
Este año la organización optó por incorporar a la agenda de la competición un día de entrenamiento, que fue el viernes 13 de Junio de 8:00 a 14:00.
Fue una cosa que nos vendría de maravilla ya que este año no habíamos ido a entrenar por motivos laborales. No teníamos ni idea de cómo se encontraba el embalse, menos mal que nuestros amigos Manuel Polo, Fernando y Sergio Villavarid nos informaron de algo, sin ellos hubiera sido más difícil.
Comenzaron los entrenamientos y sólo nos hicieron falta un par de horas para ver el embalse y el comportamiento de los peces. Parece como si un hada madrina nos hubiera guiado a una zona del embalse que nosotros ni en nuestros pensamientos mas profundos hubiéramos ido, pero la pesca es así y por intuición allí fuimos. En 2 horas habíamos hecho dos cupos sin querer.
Pronto nos marchamos de la zona evidentemente para no machacarla y probar más zonas del embalse. Pensábamos que esa zona tenía peces activos pero que en las otras estarían también buenos. Sin embargo, el cambio era brutal, parecía otro embalse. Teníamos picadas pero ni mucho menos como en nuestra zona de primera hora. Regresaríamos a última hora de los entrenamientos a ver si había sido un pico de actividad o era una zona que por cualquier razón los peces estaban activos. Fue llegar y todavía seguían picando. Nos la jugaríamos a una carta y así fue. Para nosotros habían acabado los entrenamientos y muy felices la verdad.
Primera manga
Este año los nervios se notaban que eran muchos menos que en la pasada edición. Ser novato es muy malo. Hay que admitir que la experiencia en toda actividad es un punto a favor y en la pesca no iba a ser menos.
A las 7 estábamos en el agua con nuestros equipos preparados y con la plica recogida. Llegaría el turno de salir y los nervios estaban a flor de piel.
Bocinazo e Iván salía con nuesta bass boat a todo gas a nuestra zona de entrenamientos. Rezábamos que no hubiera nadie allí y que nos fastidiaran la zona.
Gracias a Dios, así fue. Según llegábamos no veíamos a nadie, el primer punto estaba a nuestro alcance. Fue llegar y nuestros jerkbaits, spinners, crankbaits y paseantes estaban en acción. En 2 horas ya llevábamos 3 peces en el vivero lo que nos daba una tranquilidad inmensa. Después de esas dos horas optamos por dejar la zona descansar y cambiar por otros puntos cercanos que teníamos entrenado.
Así sería y fue llegar al siguiente punto y en una hora tendríamos el cupo en el vivero. Ahora sólo era cuestión de aumentar de peso y optamos por buscar peces suspendidos en aguas abiertas. Ya sabemos de la dificultad que esto conlleva, ya que se tratan de peces difíciles y que están en zonas sin estructuras cercanas que te guíen.
Le dedicamos un par de horas a la sonda y conseguimos sacar dos peces de buen porte que nos aumentarían el pesaje. Ya era hora de dejar la zona descansar para la segunda manga y sobre todo como estrategia para que los rivales no nos vieran en esa zona, ya que en el mundo de la competición las segundas mangas son las complicadas y los rivales las tienen estudiadas al máximo nivel. Pasaríamos 4 horas pescando en diferentes zonas del embalse pero no conseguimos cambiar peces. La presión que estaba sufriendo el embalse y la suma de las altísimas temperaturas hacían que el embalse se convirtiera en un infierno con peces muy muy difíciles. El trabajo ya lo habíamos hecho con un cupo de unos 7 kg quedando en una meritoria 11ª posición a sólo 1,5 kg de los primeros. Todo estaba abierto para la segunda manga.
Segunda manga
Comenzó la segunda manga. Mismo movimiento que en la primera manga, un buen desayuno, bass boat preparada y plica recogida entregada por Fran Pérez que no se me olvidara los que nos dijo: Si me falláis, aquí no volváis.
La segunda manga dió inicio y como en la anterior saldríamos a todo gas a nuestro punto. Allí nos esperaba solitario y con una brisa que hacía que nos pusiéramos abrigo hasta que nuestro amigo el sol nos calentara.
Tiramos el motor eléctrico al agua y desde bien lejos nos acercamos a la zona sin hacer ni el más mínimo ruido. Ahora viene lo que mi amigo y compañero Iván y un servidor no vamos a olvidar en nuestras vidas. En tan sólo una hora llevábamos en el vivero 9kg de peces que sin duda sabíamos nos auparían al 1º puesto o a las malas a un 2º puesto de la general. Sabíamos que la habíamos liado muy pero que muy bien, los gritos en el barco se oían hasta en Puerto Rey. Había una explosión de peces gordos casi todos de 2kg comiendo en un frenesí total.
Pero amigo, cuando uno no está iniciado en el mundo de la pesca y menos en la competición, no se puede imaginar que todo lo que parece tan bonito al minuto pasa a ser desagradable. Como una pesadilla de la cual quieres que pase cuanto antes, y así fue. Para mí la manga hubiera terminado a las 9 de la mañana, pero teníamos que aguantar hasta las 16:00 con 9 kg de peces en el vivero con todo lo que eso conlleva.
No, no hubo que esperar hasta las 16:00 porque 5 minutos después de hacer esa hazaña, yo no dejaría de pensar en esos peces y un pez que teníamos en el vivero de 2.3kg, el más grande de todos, al abrir el vivero estaría panza arriba. No me lo podía creer, incluso se me saltaron unas lágrimas de la impotencia que me daba ver un pez tan bonito y difícil de capturar nos había tirado por tierras todo el trabajo. Estaríamos reanimándolo cerca de 20 minutos, pero sería imposible sacarlo adelante y acabaría muriendo. El bajón que nos pegaría el cuerpo sería tremendo, pero teníamos que seguir adelante e intentar sacar otro pez parecido.
Fue imposible en todas las horas que restaban. Aun así sacaríamos muchos peces de medida y pudimos meter otro buen pez en el vivero y subir el pesaje casi a 8kg.
Estaríamos todo el resto de la manga buscando un 2 kilos que nos metiera en el podium pero nos fue imposible. Con swimbaits buscamos peces suspendidos en los bancos de alburnos, pero no pasaban del 1.2kg.
A falta de 2 horas para finalizar la prueba decidimos irnos a la sombra de los eucaliptos de la zona de la presa, a ver si allí sonaba la flauta y ya de paso prepararlo todo a la sombrita. Después de media hora de viaje en nuestra barca, llegaríamos a las zona de sombra. Allí probaríamos un buen rato a ver si salia algo que nos aupara al podium, pero no pudo ser.
Un servidor ya cansado decidió recoger todo el material y dejar las cosas preparadas para la vuelta a Murcia después de la prueba. Una vez recogido todo el material y con una felicidad inmensa por lo bien que nos lo habíamos pasado, me decido a mirar a los peces en el vivero. Cual es mi decepción que de los 5 peces 3 estaban boca arriba, nunca pero nunca me había sentido así. Me quedé en estado de shock, en todo lo que llevo en el mundo de la competición en el fútbol, no me había pasado. No sabia si llorar o que hacer, se lo comunique a Iván. En un primer instante pensaba que estaba de broma, ya que soy asiduo a dichas bromitas, pero al verme la cara, se le pasó por la cabeza lo peor.
Nos quedaban 40 minutos para arreglar ese desastre y yo era incapaz de moverme. Iván se dedicó esos 40 minutos a reanimar a esos peces sacándolos todos adelante, echándole bolsas de hielo al vivero para oxigenar el agua y bajar la temperatura. Llegaríamos al pesaje justitos y con los peces vivitos y coleando. Pesamos casi 8kg y quedaríamos en un 6 puesto que nos supo de maravilla. Nos quedamos a sólo 1.5kg aproximadamente del primero. Ese pez de 2.3kg, lo que nos vamos a acordar de él, pero así es la pesca. Un consejo para todos los competidores, llevar polvos anti-estrés en el barco y observar los peces continuamente, sobretodo cuando las temperaturas son elevadas.
Aquí termina nuestra segunda Copa Bocarde en la que rozamos la gloria, pero en la que nos fuimos orgullosos de hacer un campeonato casi perfecto y todo como teníamos entrenado. El año que viene más y esperemos seguir progresando en la clasificación.
Abrazos a todos los miembros de mis clubes, el Valencia Bass y el Murcia Bass.
I love fishing