Con un mono atroz por volver a nuestro Orellana querido y lejano, y después de las mil veces que Chincheta me ha insistido en realizar el viaje (gracias por ello), planeamos lo que sería un buen fin de semana de pesca.
Aconsejados por Blas Valverde este viaje ha sido diferente. Como todos sabéis, los peces se mueven y cada estación y momento del año tienen sus rincones. Hacer un viaje tan largo para pasar un día y medio de pesca y volverse a medias no es plato de buen gusto para nadie. Blas nos aconsejo a un guía de pesca de Orellana, y solo puedo decir que ha sido una experiencia magnifica. Su nombre es Zoilo Montero, y su predisposición y profesionalidad es para quitarse el sombrero.
Por supuesto, hay que saber pescar y ser unos profesionales como nosotros, pero que alguien de allí te acompañe y enseñe no tiene precio. Como decimos 100% recomendable. Por cierto, Zoilo, al día siguiente también triunfamos en nuestros escondrijos.
Salimos el sábado de madrugada y a las 8 ya estábamos tomando unos churros en Orellana. El día amanecía espléndido, aunque nos acompaño la niebla gran parte de la mañana, no molesto para nada pues la temperatura era algo fresca, pero agradable.
Zoilo no nos dejó parar desde el primer momento y uno tras otro nos enseñó lugares donde las picadas y capturas se repetían. Lo que más me gusto fue que además de ir a uno u otro lugar nos explicaba la orografía del fondo como si de la sonda último modelo se tratara. Absorto por las explicaciones no marcamos ni un punto en el GPS. No importa, creo que será un compañero de pesca imprescindible en Orellana.
En la parada del almuerzo, “los de la Roda almuerzan”, y después en la comida el buen rollo y la buena sintonía no hacían más que aumentar la calidad de la salida de pesca.
Al salir de una recula vimos un buen banco de black-bass de un tamaño descomunal. Zoilo nos estuvo contando como pescarlo en Orellana, al parecer hay que hacerlo, desde el hotel (¡vamos¡, muy muy lejos). Nosotros acostumbrados a otras distancias (más cortas) no lográbamos hacer lances certeros (todavía nos duele el brazo). Al final le dije Zoilo: «te lo pesco al estilo valenciano«, y con un ika y un movimiento sexy salió un pepino de 2.77kg espectacular.
Los 38 lucios que salieron y subieron al barco no fueron de gran tamaño, pero si muy deportivos y divertidos, los jerk baits duros y lipless hicieron su agosto, sin descartar los jigs y pikies de 6 pulgadas de rigor.
El domingo compartimos la media jornada con un amigo de Badajoz que nos deleito con un morcón que quita el hipo. En respuesta hicimos que sacara su primer lucio. Creo que por la cara, las preguntas y comentarios de después:
- ¿Cuánto cuesta una caña?
- ¿Dónde la puedo comprar?
- ¿Qué papeles hacen falta?
- ¡Dios, qué adrenalina!
…tenemos nuevo pescador. Os lo podéis imaginar.
Al final del día con un sol y calor de justicia nos despedimos de Orellana. Un verdadero paraíso después de, por supuesto, nuestro querido Cortes.
Chincheta y Félix