Tras unos días de ciclogénesis explosiva desde el punto de vista meteorológico y culinario, me escapé a pescar al embalse Benagéber el último día del año.
No madrugué y a las 10 de la mañana llegaba a un embalse para mi sólo. ¡Qué gozada! Preparo el barco y a pescar.
Con las últimas indicaciones de nuestro Presi, Miguel, y los sabios consejos de los vídeos tutoriales de pros sobre la pesca en invierno con jerkbait me dispuse a pescar la entrada a los cañones.
Aprovechando que iba solo en modo pro, puse la barca (el rayo azul) paralela a los cortados para maximizar el agua que cubría y mantener así el señuelo en la zona de picada el mayor tiempo posible.
Subiendo por el lado izquierdo del cortado y con lances ajustados a las paredes del cortado salía el primero de la mañana.
Como ya eran las 11, almorcé alguna cosa rápidamente y seguí pescando. Tenía que ser consciente de la recogida para hacer los pit-stop reglamentarios alternados con sacudidas suaves y no recoger demasiado rápido.
Cruzo de orilla observando bolas de alburnos suspendidas a 10 metros y bajo los cañones de la misma manera, pero con ráfagas de viento en contra que dificultaban el avance, pero que activaban los peces.
En uno de los lances lo más largo y ajustado a los cañones posible, golpea el jerkbait en una piedra y al salir noto una picada clara. El bass pelea con la fuerza que puede tener un pez con el agua a 10ºC y lo subo al barco con cuidado, pues tenía la mandíbula partida y estaba cicatrizando.
Salgo hacia fuera de los cañones para observar que la tanqueta seguía allí más sola que la una, pero antes de salir hago un lance sobre la punta lo más largo posible. Recojo con la punta hacia abajo para que el jerkbait llegue a su profundidad máxima. Lo detengo unos segundos, jerk, jerk, stop, cuento tres y en parado noto una picada. Acto seguido se llevan el señuelo a toda velocidad y otro de los buenos se bate a la otra punta de la línea. Lo peleo con cuidado y lo izo al barco.
Este precioso pez dió en la báscula 1.9kg y estaba rechoncho.
Habiendo pescado la entrada de los cañones, decidí subir aguas arriba, comí en el camino y tras unas horas sin picada, me posicionó antes de llegar a una punta. Eran casi las 16:30 y tenía que empezar a pensar en bajar para no comerme las uvas en Benagéber.
Hago uno de los últimos lances sobre un puntal, recojo el señuelo hasta su profundidad y estando parado noto una picada. Clavo instintivamente y la línea se va para dentro del embalse. Este era bueno. Sube a la superficie, salta ligeramente, efectivamente era bueno. Se mete por debajo de la barca e intentar subir a la superficie con la línea por debajo del casco. Lo peleo con suavidad para que no se líe con el motor y consigo llevarlo delante, tras algunos amagos de salto (menos mal que estamos en diciembre) lo consigo acercar a la barca.
Y con este regalo de 2.2kg despido el año por todo lo alto yendo a toda prisa hacia la rampa, pues el sol se escondía tras las montañas y tenía el tiempo justo para recoger bártulos.
Con esta última crónica de 2013, sólo me queda desearos un feliz año 2014 y que sea mejor que este año que ya nos deja.
Un abrazo a todos.