Todavía obnubilado por el sabor a gorrino en mi boca, y con una tanqueta impregnada por el aroma a lomo adobado, me dispongo a escribir esta crónica del lucio jamonero en el embalse de Contreras.
En esta ocasión el lucio jamonero empezaba con una avanzadilla que llegaba a Kiko Park el viernes tarde para dormir allí y evitarse un madrugón considerable. Sin embargo, esta avanzadilla perdió varias unidades hasta que se redujo a tres personas, Miguel el Presi, The Guardian y un servidor.
Mientras tanto en La Roda, Edu de Lasazzi preparaba dos embarcaciones para lanzar el ataque al lucio jamonero.
Incluso Sergio se preparaba para lo que tenía que venir.
Cenamos en el restaurante de Kiko Park al lado de una chimenea encendida en tan buena compañía que Emilio no atendía a lo que le contaba Miguel.
Finiquitamos la cena al más puro estilo del Molt-Honorable (nos acordamos de él) con un chupito de mistela.
Ya refugiados en la cabaña de madera, Emilio actuó como el mejor barman y nos preparó unos whiskies con limón para retirarnos al catre calientes.
A la mañana siguiente, la escarcha cubría nuestros coches y barcos. Tomamos una choleck caliente con curasanes antes de salir para la rampa.
Miguel preparaba su arsenal de pastillitas para lo que tenía que venir.
Ya en la rampa nos encontramos con el Mune y el Jefe, Cisco y Richi, y José Miguel (padre de Emilio), el gran Pedro Borja (uno de los socios fundadores del club) y un amigo. Cuando estábamos allí, llegaría también Sergio de Cenizate con un amigo y futuro socio del club. La rampa se llenaba de coches con sus respectivos remolques y el ambiente se caldeaba.
Los barcos fueron saliendo en diferentes direcciones buscando los primeros apostaderos del lucio.
Miguel, seducido por el arte del curricaneo de la mano de Emilio, muestra ante la cámara el señuelo destinado a tal fin. Es la versión lomo moraito para lucio.
Hubo otros compañeros más dormilones que llegaron más tarde a pie de embalse, pero ya con buena gana prepararon las primeras ascuas del día, incluso antes de empezar a pescar.
Al igual que la semana pasada paramos en la primeras puntas desde donde ya se ve la zona de La Pesquera. A los pocos minutos de probar con el mogambo alrededor de un montículo a 5 metros, tengo la primera picada de un lucio que estaría en 3 kilos. Lo voy subiendo hasta casi la superficie, pero se suelta cuando ya lo podía ver.
Por otra parte, a las 10 en punto como dictan los cánones emilianos quedamos para almorzar a medio camino de la cruz de hormigón. Emilio preparaba los bocadillos de jamón para todos con una naturalidad innata. Mientras tanto, Pedro Borja, o también conocido como pequeño Europa, aportaba una botella de vino tino de la bodega de la cooperativa de Casas-Ibañez. ¡Espectacular!
Los peces no tardarían en dar la cara. Sergio y su compañero pescan con pikie sobre un puntal avistado con sus sonda y obtenían las primeras picadas.
No sería hasta que llegaron a una recula en esa misma orilla enfrente de la recula del camping, cuando sacarían sus dos primeros lucios. Incluso un tercer lucio que era uno de los que habían sacado antes.
Mientras tanto, Javi el Secre y Jaime batían orilla en la récula del camping. Jaime, maestro supremo en el manejo del pikie con bajo de acerillo, demostraba su saber hacer y clavaba el único bass de la jornada con un agua a 9ºC grados.¡Magistral!
Virginia tampoco se quedaba atrás y una vez bien almorzada, sacaba su primer lucio de la jornada.
Rober y Pablo de Lunker Apparel no fallaban con un cupo de lapicerillos, aunque nadie lo diría por las fotos.
Aquello era un festival de capturas por todo el embalse, pero los lucios más grandes estaban por venir. El Chincheta y Félix con su maquinaria luciera bien ajustada tras innumerables Opens de Lucio a sus espaldas, buscaban el lucio jamonero en la zona de la presa. De esta manera llegó el siguiente luciaco de 5kg que daba miedo.
El pequeño Europa se mantenía fiel a sus principios rapaleros, pero viendo que la porra le sobrevenía, puso un mogambo tuning made in The Guardian y clavaba su lucio de la jornada.
Sin embargo, Sergio y su amigo no habían dicho la última palabra. Su cuarto lucio de la jornada haría que el jamón se fuera para Cenizate. ¡Enhorabuena campeones!
Tras esta mañana intensa de pesca, los barcos iban volviendo a puerto.
Algunos habían llegado con algo de antelación, lo cual daba pie a una animada tertulia y algunos reencuentros.
José Miguel, el padre de Emilio, había dispuesto un restaurante-asador con vistas al embalse de Contreras, más propio de un parador nacional con catering al máximo nivel. Previa autorización del 112 que nos informaban que estábamos en nivel 1.
Los cocineros con un control total sobre la situación asaban un lomo adobado riquísimo y unas caretas de gorrino que eran la pre-temporada de las comidas navideñas.
Aquello era todo un gorrino-Fest orquestado por Emilio y su padre.
El Mune y un servidor peleábamos con una oreja de gorrino que se resistía a sucumbir bajo nuestras fauces.
Otra foto con todos los comensales disfrutando de la atención exquisita de los cocineros.
Otra instantánea durante la comida, que denota la atención de los comensales sobre el destino de los manjares porcinos.
De nuevo, los cocineros posando con el orgullo de una faena bien hecha. Muchísimas gracias por su sacrificio para que otros disfrutemos.
Después de la comida, ya con la sobremesa de dulces diversos entre ellos los deliciosos Miguelitos de La Roda, nuestro presidente hizo entrega del jamón a la mejor foto de la jornada.
Edu de Lasazzi y Virginia de Molix donaron los trofeos para la primera y segunda mejor foto que complemento el jamón que aportaba el club. Muchas gracias.
El Chincheta también recogía de las manos de Virginia su trofeo como recompensa a su gran lucio.
Félix y Chincheta en una foto para el recuerdo con una bonita vista del embalse de Contreras al fondo.
Con esto daba por finalizado este festival lúdico-festivo-gastrónomico y todos colaboramos en recoger el restaurante-asador a pie del embalse de Contreras.
Ya de vuelta a casa, Sergio y su amigo fueron recibidos por la banda de Cenízate a lomos de su embarcación como ganadores del lucio jamonero, a lo Bassmaster Classic. ¡Qué fenómenos!
La celebración por todo lo alto se prolongó hasta altas horas de la madrugada con cava servido en el copón bendito.
Como debe de ser, esta crónica acaba con palabras de agradecimiento para los organizadores del evento: Nacho Revert en la coordinación, Emilio en la logística y compras y José Miguel en una ejecución perfecta sobre el terreno. Como he dicho antes, muchísimas gracias por vuestro sacrificio para que otros podamos disfrutar de días como éste. A los demás, gracias por vuestra participación y el magnífico ambiente que reinó en el día de ayer.
Desde ya nos despedimos hasta el próximo lucio jamonero que será seguramente para febrero en Tous. Os esperamos.
Aprovecho la ocasión para desearos una feliz navidad a todos.