Esta crónica narra la salida de pesca a Benagéber que hice con Juanito El de la grúa antes del último concurso de finales de Octubre. Era la primera vez que pescaba con Juanito y que mejor ocasión que hacerlo tras que ganase con autoridad el último concurso celebrado en Tous.
Juanito es una de esas personas que vale la pena conocer, personalmente opino que una de las mejores personas que he conocido en mi vida. De esas personas que te dan todo, sin esperar nada a cambio.
La jornada comenzaba con un combo tanqueta tirando del barco de Juanito de camino a Benagéber y una conversación confesional de la vida de un trabajador nato. Tras la botadura por una rampa algo embarrada, me dejé llevar por Juanito.
El bassmaster de Caudiel en acción preparaba sus equipos para la jornada de pesca que nos deparaba. La persona con más afición del club.
Empezamos pescando la zona de la presa con paseante y al primer lance al lado de una gran roca, el primer pez de la jornada.
Seguimos por esa misma orilla batiendo con crankbait y llegaría un segundo primohermano del anterior. Jorge 2, Juanito 0.
Viendo que no picaban como esperábamos y tras no poder encontrar una isla sumergida, nos dirigimos a los cañones a aplicar la técnica wacky que nos había recomendado Javi Mateo, o mejor dicho, Benageber-man.
A los pocos lances, el primero, luego habría un segundo, incluso un tercero y los que perdería, pero ninguno pasaba del kilo. Le recomendaba a Juanito que adoptara mi montaje, pero Juanito, algo cabezón, seguía fiel a sus principios.
Seguimos remontando el río con un calor importante para ser el mes de octubre, y finalmente llegaría la hora de comer. Usila, la mujer de Juanito, había preparado un suculento conejo en salsa con rebollones, panceta y pimientos que quitaba el sentido y que todavía 2 meses depués me hace salivar. Muchas gracias. Una imagen vale más que mil palabras.
Una instantánea de Juanito abandonándose a los sabores que le transmitían sus papilas gustativas.
Después de comer recomponíamos la estrategia para afrontar la manga vespertina. Juanito montaba su señuelo secreto y echaba toda la carne en el asador.
Llegamos a los cuchillos, lanzo mi jig-head con un cangrejo a una losa de roca y noto casi de forma inmediata un picada firme, clavo y aquello no era una sardineta (o sardinote, acepción manchega). Ese bass busca aguas abiertas girando alrededor de la barca de Juanito y llevando al límite mi nueva GLoomis IMX. Juanito se arrodilló para zafar la mandíbula del pez y subirlo al barco mientras decía: «Menuda carpa, menuda carpa». Por unos segundos pensé que Juanito había perdido la cabeza por la insolación y que soltaría la carpa sin que me hiciera esta foto.
Este Juanito, ¡qué cachondo! Seguiríamos por esa misma orilla, Juanito batiendo con su crankbait secreto que me encarga por palets. No sé que hace con ellos. La cuestión es que en uno de esos lances, se engancha su crankbait en una rama y al sacarlo, patapam. La lucha fue brutal porque Juanito no cedió ni un centímetro de línea y aquello era un torpedo. Cuando pude lo ensalabré, y menos mal que lo hice a tiempo, si no Juan hace pasar al pez por la primera anilla.
Preciosas capturas y fotos para el recuerdo de 2 basses por encima de 2kg sacados en menos media hora.
Seguiríamos por esa orilla, cambiaríamos a la otra para que yo sacara otro más que no llegaría al 1.5kg, y ya se empezaba a hacer tarde. Así que bajamos hacia la zona de la presa y dimos por finalizada esta jornada de pesca.
Por último, Juanito, aficionado a la micología, me obsequió con una bandeja de rebollones sobre los que me había ilustrado yendo de camino al embalse. Estaban exquisitos. Muchas gracias de nuevo.