Al día siguiente Fede nos tenía preparada una sorpresa para mí y Natalio. Dicha sorpresa fue navegar por las aguas del parque natural de la Albufera desde Silla hasta el Saler. Fede, gracias de corazón, aquello fue una pasada y no me lo esperaba.
Vino un guía de la zona que ya había quedado con Fede. Montamos y empezó algo que ya tengo grabado en mi mente para siempre.
Embarcamos y empezó algo que nos dejo maravillados.
Canales por todos los lados.
Yo aprovechando para hacer fotos a todo lo que se movía. En este caso a estos piragüistas.
Campos de arroz.
Empezamos a salir a aguas abiertas. Todo era una pasada.
Las aves que son una de mis debilidades. Allí campaban a sus anchas. En este caso son gaviotas.
Gaviotas.
No era fácil tirar las fotos en movimiento pero con buen pulso y a modo de ráfagas a 10 fotos por segundo alguna de las 10 fotos sale bien. Aquí hice esta foto suprema a una garza real. ¡Qué ave tan bella!
Después levantando el vuelo.
Natalio y un servidor, y de fondo el Saler.
Parecía que estabas en Tailandia, je, je.
Este lugareño también le inmortalice con esta foto.
Llegamos hasta el Saler y volvimos de regreso al punto de partida,al fondo Silla.
Esta sorpresa que Fede nos preparó fue un regalo para nuestros ojos. Quedé maravillado.
Aquí hice de paparachi, a una gran distancia logre hacer esta foto 10.
La salida estaba llegando a su fin y nos cruzamos con esta barca.
Al fondo la planta de Ford.
Ya en tierra nos despedimos del barquero y fuimos al encuentro de Kike para comer todos juntos en el centro deportivo El Saler.
Natalio y Fede.
De este centro deportivo han salido grandes tenistas como David Ferrer.
Después de comer pusimos rumbo a Silla para despedirnos dirección a Madrid.
Agradecer a todos los amigos y grandes personas de esa gran familia de Valencia Bass Club por su trato y amabilidad prestada. Esta crónica está dedicada a todos vosotros, pero en especial a Fede.
Un abrazo y ¡arriba la armada porrera!