Esta crónica es la segunda parte de la visita de cuatro días de Fernan. El segundo día con Kike fueron a Tous, pero un fuerte aguacero hizo que tuvieran que «replegar banderetes i a casa».
Así llegó el tercer día que fue dedicado al embalse de Cortes. Las condiciones no eran las mejores, pues el agua todavía seguía muy fría 11-12ºC para la época que estabamos y los peces estaban desaparecidos.
Allí coincidimos con el «Presi» y «The Guardian», pareja de hecho para la Euro Nitro, con los que compartimos una tertulia agradable después de la comida.
Emilio le explicó el funcionamiento del acotado de Cortes a Fernando y su amigo Raúl, los cuales quedaron maravillados de su gestión.
En cuanto a la pesca en Cortes fue dura. Sólo conseguimos sacar un bass de talla pescando con crankbait una playa soleada y un par de luciopercas.
La anécdota de la jornada vino marcada por un bass que pasaba sobradamente los 2.5kg y que repente apareció enganchado a la otra parte de la línea de Raúl, el cual por falta de experiencia no sacó rápidamente el pez del árbol donde lo había clavado, y acabo perdiéndolo.
La despedida de ese día fue una lluvia repentina que hizo que diéramos por cerrada la jornada.
Al día siguiente, era el cuarto día consecutivo de pesca para Fernando, que estaba más ultramotivado, si cabe, ya que volvía a su embalse valenciano favorito: Benagéber.
Allí llegamos con un embalse casi para nosotros solos. Estando en la rampa llegó una patrulla del Seprona que nos solicitó la documentación y con los que tuvimos una agradable tertulia comentándonos las diversas problemáticas de unos y otros.
Subimos directamente hacia Fuente Cabera donde el agua estaba una grado más alta (13ºC) y algo más tomada. En la primera punta que tentamos perdí un buen pez con un lipless y seguimos subiendo aguas arriba sin ninguna captura.
La vuelta fue diferente. Pescamos con tranquilidad las puntas con vinilo y Fernando tirando de casta sacó un buen bass de 1.7kg con un jig. Había costado, pues ya eran las 14h, y no habíamos subido un pez al barco hasta entonces.
Fuimos bajando y al pasar los cuchillos nos metimos en la recula que hay a mano derecha. El agua estaba algo más caliente y tuvimos alguna picada que otra a la spinner. Al salir de esta recula, en una playa mientras el crankbait golpeaba en el fondo pedregoso, patapam, noto una picada e intento asegurar la picada. Este era bueno. Tras una lucha al límite con un pez clavado por los pelos, Fernan hizo presa en la mandíbula de un maravilloso bass de 2.3kg que fue la recompensa de la jornada.
Seguimos bajando y al fondo de las reculas tuvimos alguna que otra picada, pero personalmente no pude clavar ninguno. No puedo decir lo mismo de Fernan que sacaría otro bass, esta vez algo más pequeño, de 1.2kg.
De ahí fuimos saliendo de los cañones de Benagéber, no sin antes que Fernan sacara un lucio de 2.5kg. Apurando los últimos rayos de sol, salimos de los cortados con una agua a 10ºC y sin que tuviéramos más picadas.
Así que cruzamos el embalse hasta la rampa para sacar el «Rayo Azul», recoger bártulos y abrazados por la luna salíamos de la explanada de Benágeber.
Me despedí de Fernan que le quedaba un largo camino hasta Madrid y al cual estos cuatro días de pesca le dieron muchas imágenes para el recuerdo.