El pasado sábado fueron unos cuantos los socios del Valencia Bass Club que pasaron un día ventoso en Cortes. En palabras del «Molt Honorable» pronunciadas como bienvenida al embalse: «Windy Day».
Efectivamente, el viento fue un elemento constante durante todo el día que hizo que nos refugiáramos en las reculas del Prebetón y del Ral donde podríamos encontrar los peces en un palmo de agua a wacky. Sorprendentemente el agua estaba bastante fría para la época del año en que nos encontramos, con 13.5ºC a primera hora del día, y 14ºC al final del día.
El primer pez tardó bastante en llegar, ya que a pesar de tener alguna picada, no conseguíamos clavar los peces. Afortunadamente, en una de las reculas que pescamos, tuve una picada sutil que clavé como un resorte convirtiéndose en el primer pez de la jornada.
Por allí también vimos pasar al «llanero solitario» que al menos sabemos que sacó un buen pez, bueno dos. Eso sí, bonita fotografía.
También vimos pasar por allí a Paco y Javi Mateo a lomos de la avispa, que sabemos de buena tinta que sacaron peces, pero las fotos todavía no se han hecho públicas.
Tras una mañana dando vueltas por el Prebetón y el Ral, siendo difícil encontrar un hueco libre que pescar, fuimos a la rampa de pesaje a comer. Dado lo abundante de la pesca, la tertulia de sobremesa se extendió más de lo esperado, aunque no para todos, siempre hay algún nervioso que sigue la filosofía de aquella mítica frase:
Comer, puedo comer cualquier día de la semana, pescar, sólo puedo hacerlo hoy.
La tarde fue más productiva que la mañana, aunque Javi estaba tranquilo porque sabía que ya no haría porra. El pez que había sacado por la mañana a spinner lo colocaba en «mare». Así que de perdidos al río nos fuimos a la zona de la presa. Tengo que confesar que soy un incondicional de esta zona.
Así que enfrente de la cementera llegó la primera captura vespertina, con un jig de jewel, again.
Como dice Javi, los peces no me hacen justicia, y la raspeta que parece que tengo entre las manos dió en la báscula, 2.1kg.
Ya quedaba poco para irnos, pero el susto estaba por venir. Cuando menos me lo esperaba, veo una piedra a cuatro metros, y dejo caer allí el jig casi en vertical. Doy dos leves golpecitos y noto una picada clara. Clavo y en el primer instante lo que estaba en la otra parte de la línea ni se mueve.
Javi, al igual que yo, creíamos que es un lucio, pero no, era uno de los buenos que sube rápidamente a la superficie y empieza la lucha. Tras los típicos instantes de tensión, Javi en un alarde de profesionalidad hace presa sobre las mandíbulas de la «perqueta» y la sube a bordo. Efectivamente, era un buen pez que dió exactamente 2.56kg, lo que lo coloca en una de mis mejoras capturas.
Disfrutémosla un poco más con otra fotografía para el recuerdo.
Tras esta perca, malpescaríamos un rato más a merced del viento hasta que los compromisos sociales requisieron nuestro atención.
En resumen, un «windy day» en Cortes (menos mal) con resultados mejores de los que a priori esperábamos, y una tertulia de sobremesa que siempre es un placer cuando se comparte con amigos.