Tras pasar el verano, un evento muy especial se acercaba… Una nueva edición del Open de Lucio se aproximaba y había llegado la hora de ir pensando en preparar la competición…
Apenas dos semanas antes de que llegara el momento, hubo un cambio de planes de última hora y Miguel García, el Presi, y yo, formamos pareja para competir juntos.
Esas dos semanas fueron frenéticas, hablando constantemente para tener listos los artificiales, cañas, barca, etc., para el Open. Entre uno y otro, pusimos a disposición del equipo el material y conocimientos necesarios para presentarnos en la competición con la esperanza de sacar muchos y grandes lucios.
Había llegado el día de partir y la ilusión que teníamos estaba presente a cada instante. Teníamos muchas ganas de disfrutar de un gran fin de semana. Lo que no sabíamos es que íbamos a tener que sufrir algo parecido a una serie de plagas bíblicas en diferentes momentos de la competición: lluvia, viento y frío.
El viaje de ida lo compartimos con dos compañeros del club que también les gusta mucho el lucio, Jorge Civera y Miguel Franco. Salimos de Valencia con tiempo y pudimos presentarnos a la reunión de participantes donde nos reencontramos con muchos amigos y conocidos del mundillo de la competición, sin duda, uno de los mejores momentos que tiene el poder asistir a este tipo de eventos.
Entre ellos, coincidimos con una familia de amigos que algunos del club ya conocen tras haber asistido al Interclubes de Westin, Toni e Iván Sánchez, miembros del equipo Westin.
Bass Madrid, el Organizador del evento, informó de los pormenores de la competición e invitó a los asistentes a un picoteo que dio suficientemente de sí como para darnos por satisfechos para cenar, así que nos fuimos a dormir.
SÁBADO (primera manga)
Nos levantamos y nos dirigimos a la rampa. A los pocos minutos de botar la barca nos sorprendió la primera de las plagas que nos depararía el Open… Se trataba de una fuerte lluvia que provocó que Miguel y yo nos miráramos y solamente pudiéramos reírnos por ver lo cómico de la situación. Por fortuna, íbamos bien equipados y no nos mojamos nada.
La lluvia paró minutos antes de empezar la primera manga y en ese momento lo agradecimos pero no esperábamos lo que iba a venir…
Conforme iban pasando las horas, el viento sopló cada vez más fuerte e hizo totalmente impracticable la pesca fuera del resguardo de las reculas. Fue la segunda de las plagas del Open. Orellana es un embalse bastante ancho rodeado de llanuras que no frenan el viento y que favorece la formación de oleaje. En el siguiente vídeo se muestra la dureza de la navegación que sufrimos con la Triton del Presi:
Centrándonos puramente en lo que fueron los lucios hay que decir que, personalmente, fue una de las ediciones más duras de las que he asistido. Independientemente del mal tiempo, la actividad de los esócidos era prácticamente nula. No es normal que en 9 horas de pesca, solamente tuviéramos dos picadas, de las cuales solamente una se transformó en un bonito lucio de unos 4kg que fue el que presentamos en esta primera manga.
Con ese único lucio, pudimos colocarnos en mitad de la tabla de entre unas 75 embarcaciones.
Antes de volver al hotel para descansar, los tres equipos Westin que asistimos al Open, nos juntamos para hacer una foto para el recuerdo.
DOMINGO (segunda manga)
Tras una primera manga decepcionante, esperábamos tener más opciones de pesca en una segunda manga en la que la previsión del viento menguaba considerablemente pero en la que sufrimos la tercera de las plagas, la del frío polar que había entrado a la Península desde el Norte y que hizo descender las temperaturas unos 10 grados con respecto al día anterior.
Esta segunda manga empezó bien ya que durante la primera hora sacamos el primero de los lucios, de unos 2500gr de peso. Más valía eso que nada, debíamos seguir intentándolo.
Este día pudimos pescar más tranquilos y probar diferentes formas de pesca pero no nos daban resultado pese a que la sonda marcaba abundantes lucios. Sencillamente, no quería picar.
Fueron pasando las horas y, apenas 30 minutos antes de finalizar la manga, conseguimos capturar nuestro segundo y último lucio del Open, un ejemplar cercano a los 3kg.
Con ello, dábamos por finalizado el Open. Sin duda alguna, no era el Open que esperábamos pero esto es pesca y, como en la vida misma, no siempre se obtiene lo que se quiere. Seguiremos intentándolo.
Para finalizar, asistimos a la cena de entrega de premios para aplaudir a los que mejores resultados obtuvieron, entre ellos, nuestros compañeros Jorge Civera y Miguel Franco, pero dejaremos que sean ellos quiénes cuenten su vivencia… Muchas felicidades!!!
Por último, agradecer a Jorge García «Garper», distribuidor de las marcas Westin, Seaspin, Climax y Sportex, su colaboración para que pudiéramos asistir a esta edición del Open de Lucio.