Corría el mes de agosto y una llamada de nuestro delegado de black-bass de federación me daba la noticia de que mi compañero y yo teníamos una plaza para disputar el XXI Campeonato de España de Black-Bass desde embarcación que se iba a celebrar en el embalse de Alcántara situado en las cercanías de la ciudad de Cáceres entre los días 27 y 29 de octubre.
Cómo todos sabéis por culpa a la nueva ley de especies invasoras no se pudo celebrar el autonómico que daba plaza para este evento a los primeros clasificados y la federación tuvo que optar por tomar una decisión para mandar a tres equipos a este nacional. Esa decisión fue mandar a los tres primeros equipos clasificados en la lista de deportistas de élite la cual encabezábamos mi compañero Cisco y yo, seguidos de Javi y José «los Zetas» y Vicent y David que iban a ser quien compartirían aventura con nosotros. Lo siento mucho por todos aquellos que no tuvieron oportunidad de ganarse su plaza en el autonómico y predicaron mil desprecios y desfachateces hacia nosotros, a mi personalmente también me hubiese gustado que se celebrase el autonómico.
Tras esta llamada empezaba todo un gran trabajo intentando recopilar información del embalse por todos los medios posibles y a planificar como haríamos el viaje. En esa planificación pronto encontramos un gran problema que nuestro presidente, Miguel García, nos solventó muy amablemente y era que nuestras embarcaciones se quedaban cortas para un embalse tan grande. El presi nos dejó su Tritón con lo cual íbamos servidos de Bass-Boat. ¡Muchas gracias, presi!
Se acercaba la fecha de disputar el campeonato y los componentes del equipo decidimos hacer algo que no se suele hacer nunca, nos reunimos a cenar una noche para intercambiar opiniones y conocimientos del embalse para así intentar maximizar al máximo las posibilidades de conseguir un metal por equipos.
Por fin llegaba el día y todo estaba a punto para enfilar un viaje de 600km. A las 5:30 de la mañana Cisco acompañado por Juanito que iba a compartir campeonato con nosotros como delegado valenciano se presentaban en mi chalet para traspasar trastos de coche y emprender marcha hacia Buñol, donde nos esperaban nuestros compañeros de equipo.
Después de horas de viaje llegábamos a Cáceres y dejábamos las embarcaciones en un parking habilitado por la organización y nos íbamos a comer a un McDonald’s cercano, para posteriormente ir al hotel a acomodar nuestras maletas y darnos un baño.
Por la noche teníamos una reunión con la organización en una sala del hotel V Centenario Barceló de la ciudad de Cáceres, donde íbamos a hospedarnos para explicarnos como iba a transcurrir el campeonato acompañado de un servicio de catering que no hizo mala boca a nadie.
Acto seguido nos marchamos a cenar a un bar de Cáceres y coger fuerzas al hotel para el día siguiente.
Primer día de competición
Era viernes 27 de octubre, ¡la hora había llegado! Era el momento de hacer desaparecer nervios y tensión, e intentar hacerlo lo mejor posible en el campeonato.
Después del desayuno en el hotel marchábamos a enganchar el barco para formar parte de la caravana de bass-boats y todoterrenos que desfilarían por el centro de Cáceres para celebrar el acto de inauguración del torneo que se hizo en una avenida de la ciudad.
A las diez de la mañana la caravana de tándems siempre escoltados por las autoridades competentes que hicieron una gran labor llegábamos al embalse para pasar el protocolo de desinfección recogida de picnic y botadura de embarcaciones.
Faltaba poco para dar inicio a la manga y un equipo de megafonía montado junto a la carpa de organización daba paso a nombrar el palmarés deportivo de todos los participantes y entonar el himno de todas las comunidades autónomas participantes.
Primera manga
Eran las cuatro de la tarde y la bocina del juez daba inicio al campeonato de España.
Estábamos en un embalse totalmente desconocido por nosotros además de una dimensión enorme para tomar una decisión hacia donde ir y como pescar. La predicción de la dirección del viento nos llevó a tomar la decisión de ir no muy lejos de la salida dirección a la presa para probar suerte en el interior de varias reculas que anteriormente habíamos explorado en nuestros mapas para la ocasión.
Pasaron las horas y solo obteníamos capturas por debajo la talla mínima. Un siluro de 5kg aproximadamente y un bass de 700 gramos nos indicaba que algo estábamos haciendo mal. Debíamos parar a tomar una decisión y estudiar la situación si no queríamos ver consumida la manga sin tener buenos resultados.
Tras pensar un rato cambiábamos de estrategia, la orografía de la zona seguía convenciéndonos de que en algún lugar o otro estaban los basses y optamos por cambiar a pescar la zona de embalse abierto. Entonces… ¡Boom! Dimos con la clave, desde ese momento hasta que finalizase la manga no dejaríamos de tener picadas y conseguir buenas capturas pescando con cangrejo a Texas y un Sculpo color Alqueva Craw pescando los más cercano posible a la orilla golpeando las piedras intentando hacer el máximo ruido posible para captar la atención y enfurecer los bases del lugar.
A las siete finalizaba la manga y nos dirigimos a pesaje contentos por lo que habitaba en el interior de nuestro vivero.
Mientras hacíamos cola, oíamos por megafonía el pesaje de los participantes que estaban delante de nosotros en la cola de pesaje y en general se lograron muy pocas capturas con unos cupos de pesos bajos. Nos llegaba el turno y tras el pesaje, nuestro delegado Juanito nos informaba que nos colocábamos en la segunda posición de la clasificación general individual con un peso de 6.600kg.
Siento no disponer de las instantáneas del pesaje para ponerlas en esta crónica. En la clasificación general de equipos el equipo valenciano se colocaba en tercera posición, no andaba mal la cosa por el momento.
Seguidamente dejábamos las embarcaciones en el embalse en una zona donde la organización facilitó luz para cargar baterías y vigilancia de todas las embarcaciones. Tras desenganchar el remolque de nuestros coches nos íbamos al hotel para cenar y dormir para la próxima batalla.
Segundo día
Eran las 5:30 de la mañana y sonaba el despertador, no fue ni mucho menos la noche que más he descansado en mi vida. La cabeza no paró de dar vueltas en como estarían los peces. Fuera como fuera había que hacer subir peces al barco, nuestro objetivo era hacer un peso de 5kg con el que sabíamos que la cosa iba a quedar muy bien.
Después del desayuno en el hotel enfilamos al embalse para enganchar remolque tirar la barca al agua y dejar los equipos apunto para disputar la segunda manga.
Segundo manga
A las 8:00 de la mañana la bocina del juez volvía a sonar y daba comienzo a la segunda manga de este campeonato de España. Debido a que no teníamos plan B y lo ocurrido en la primera manga decidimos ir a la misma zona. Le dimos tantas pasadas a las zonas que tan bien nos habían ido el día antes como pudimos, probando todos los modos de pesca que conocemos, pero llegadas las 13:00h del mediodía aquello parecía un desierto, solamente un pez de 1.200kg y otro de buen porte que cortó el hilo al rozar con una piedra de pizarra dieron la cara.
De nuevo tocaba volver a parar y estudiar la situación. No podíamos cometer el mismo error que el año anterior en el embalse de Navallana y debíamos cambiar de zonas y patrón, estábamos a 3.800kg de nuestro objetivo y quedaba tiempo por delante.
Nos fijamos en que estaba ocurriendo y vimos que el viento azotaba la orilla pero en dirección contraria al anterior día, cosa que no teníamos ni idea de que pudiera ser lo que afectará en que los peces no pícara donde el día de antes sí lo hacían. Así que pensamos en ir dirección contraria del embalse o sea dirección al río Tajo para ver si allí cambiaba nuestra suerte. Cambiamos de estructuras totalmente. Pasamos de pescar paredes con piedras sueltas con una inclinación de 45° a pescar pequeños cortados de pizarra compacta en busca de peces grandes que es lo que necesitábamos.
Al poco de llegar la cosa cambió y nos hicimos con dos basses que hacían subir nuestro peso total a 2.800kg. Estábamos a 2.200kg de nuestro objetivo y quedaba aún tiempo. Las cosas habían cambiado y la moral y confianza volvía a aflorar en nosotros, parecía que habíamos dado con un patrón que funcionaba: las lombrices a drop-shot a la orilla de los cortados. Así que seguimos intentándolo cuando de repente nos pica un bass y lo clavamos ¡Era un autentico pepino! No podía escaparse así que hicimos todo lo que en estos casos se debe hacer, nos dirigimos al cauce principal para pelearlo y cansarlo debidamente para que a la hora de entrar en la sacadera no tuviera muchas ganas de dar guerra.
Allí subía aquel animal… ya lo veíamos era un bass alrededor de 2.500kg y justo cuando la sacadera estaba a cuatro dedos de su cabeza como si una mano maligna saliera de la nada para desanzuelarlo, vimos como se quedó quieto mirándonos. De repente al otro lado del sedal no había tensión y sin más se esfumó en las profundidades de Alcántara. La decepción fue tal que ni siquiera comentamos que había pasado.
La hora final se acercaba y solo nos quedaba bajo la manga un cortado cercano a la salida en el cual teníamos confianza. Allí nos dirigimos agotando hasta el último minuto y consiguiendo una última captura más.
A las 16:00 finalizaba la manga e íbamos a pesaje. El transcurso entre el barco de control y la orilla del embalse siempre será el peor momento vivido para mi en una competición. Por la cabeza empezó a pasar el porqué ese pez no quiso subir, lo difícil que es llegar aquí y tener opciones de hacer algo importante en un embalse desconocido. Quizás la oportunidad de nuestras vidas.. y que se nos fuera de las manos… me vine abajo… ¡muy abajo!
Después de pesar esos cuatro peces lográbamos un peso de 3230gr en la segunda manga, con un total de 9.830kg en el campeonato que se ganó con un peso total de 11.630kg. No hace falta decir como habrían cambiado las cosas ese maldito pez. Aquello se había terminado y Juanito nos comunicaba que éramos séptimos en la general y subcampeones por equipos. ¡No estaba nada mal!
Solo nos quedaba dar la enhorabuena al podium en el cual habían compañeros que ya casi tenemos por amigos con son los subcampeones Cayetano y Jairo Llorente, y los terceros calasificados, Xavier Porres y Efrén Moya. Aquí una foto con los terceros clasificados. Grandes pescadores y mejores personas.
El cuerpo estaba agotado y aún nos quedaba una larga vuelta por Cáceres hasta llegar a la plaza principal de la ciudad para mostrar todas nuestras embarcaciones a una gran multitud de gente y dejar a los más peques disfrutar a lomos de ellas, cosa que se alargó hasta entrada la noche.
Entrega de trofeos
Después de volver a dejar los barcos en el parking habilitado y darnos un buen baño, solo quedaba acudir a la cena de entrega de trofeos donde recogimos un diploma como séptimos clasificados y las medallas y copas como subcampeones por equipos.
Solo quedaba salir a disfrutar de unos gin-tonics en los locales del centro de Cáceres, y así fue hasta altas horas de la madrugada donde dimos por finalizados nuestros haceres por esas tierras.
Ni sé si os habréis percatado de la gran labor que la organización desempeñó. Fue un campeonato diferente a todos los demás, donde un gran grupo de gente se implicó para que todo saliera bien, y lo más importante, se preocupó para que no nos faltase de nada siempre con una sonrisa.
¡Muchas gracias a todos, nos disteis una gran lección!
Solo me falta dar las gracias a mi compañero por una vivencia más «molt«, y todos los demás componentes de equipo incluido nuestro delegado. Fueron unos días que siempre recordaré, sin más hasta la próxima, ¡si es que lo hay!