El pasado 28 y 29 de octubre se celebró un año más en aguas del embalse de Orellana el Open de Lucio, patrocinado entre otros por Westin Fishing, una joven marca escandinava que busca hacerse un hueco en el competitivo mundo de la pesca.
Este año pudimos disponer de más tiempo para realizar un viaje sosegado de 7 horas de Godelleta a Orellana la Vieja para llegar a la desinfección del barco y seguidamente al piscolabis de presentación de esta nueva edición del Open de Lucio. Es de agradecer el gran esfuerzo desarrollado por la organización para que este Open se pudiera celebrar en las mismas condiciones que siempre a pesar de las presiones políticas que se recibieron hasta último momento.
Afortunadamente nuestro número de embarcación salió como número de inicio para las salidas de la mañana siguiente, y este hecho nos permitió elegir el primer lugar de pesca donde empezaríamos.
Tras la presentación del Open, llegamos al apartamento y montamos algún señuelo más. En esta ocasión la preparación de señuelos había sido concienzuda para minimizar la pérdida de picadas durante el Open.
Al día siguiente con media hora más de margen para la salida posábamos para el recuerdo.
Sobre el terreno confirmamos la estrategia dado que salíamos en la primera tanda junto con nuestros compañeros de equipo Westin Fishing, Iván y Jorge.
Disponíamos de información de primera mano para guiar nuestros pasos en la primera tanda y salimos disparados hacia el primer hot-spot. Nada más llegar nuestros compañeros Jorge e Iván se calzaban un lucio de casi 6 kilos y la cosa pintaba bien.
Tras unos minutos ya no estábamos solos y 4-5 embarcaciones estáticas nos rodeaban, muy típico del Open de Lucio. Allí estábamos intentando sacar nuestro primer lucio cuando Miguel tuvo la primera picada, pero no lo pudo clavar. Mientras tanto, el barco de una pareja francesa que se encontraba a escasos 50 metros, iba sacando lucios uno tras otro hasta completar el cupo. Estaba claro que estaban utilizando pikies de pequeño tamaño y había que adaptarse.
Decidimos cambiar de zona para ver si dábamos con lucios activos en otras puntas del embalse, pero no conseguíamos subir lucios al barco, alguna tímida picada que otra, pero nada serio.
Al final del primer día optamos por pescar la zona del trasvase que nos había dado lucios en un pasado. No sabemos si por el momento del día o por la postura, en un rato subíamos nuestros dos primeros lucios al barco.
Era el final del primer día de pesca tras un periodo de adaptación que nos había llevado más tiempo del esperado. Mi compañero Miguel que había sacado los dos lucios de la jornada subía a pesaje.
Tras este primer día fuimos a cenar a El Acueducto con Jorge e Iván que habían sacado un segundo lucio del mismo porte, pero no habían conseguido cerrar el cupo. Comentamos las estrategias del día siguiente puesto que saldríamos en la última tanda y meditamos los montajes más prometedores para el día siguiente.
La salida del segundo día fue fulgurante, mi compañero temió por su vida en un momento dado ahora que es padre y re-padre, pero íbamos a lomos de la Nitro Force One.
Empezamos donde acabamos el día anterior y los primeros lances no fueron muy fructíferos. Sin embargo, utilizando el Shad Teez de Westin en 14cm color Dirty Harbour para pescar los lucios suspendidos que nos marcaba la sonda, no fallamos y subíamos el primer lucio al barco a primera hora.
Probamos y probamos, pero no tuvimos más picadas. Así que cambiamos de zona más allá del puente de Cogolludo, en una punta que se asomaba al cauce principal. A los pocos lances, picada a Miguel que falla y segundo lucio que clavábamos en vertical y sube al barco, espectacular.
Insistimos pero nada, cambiamos a otra zona aguas arriba y sacamos un luciete justo de la talla. Bueno, ya llevábamos tres y sobretodo habíamos tenido varias picadas fallidas. Estábamos más entonados.
Decidimos ir volviendo hacia la rampa haciendo paradas en puntos donde habíamos tenido picada y sin dejar de buscar lucios suspendidos en la sonda. Así sacamos el cuarto y definitivo pez que se suelta al lado del barco, pero que Miguel ensalabra aprovechando sus segundos de aturdimiento tras la batalla. ¡Ese es mi compañero!
Volvimos a probar en el transvase, pero no takers y probando pikies de 25 centímetros de Westin nos despedimos para ir a pesaje.
En esta ocasión fuimos los últimos en pesar de este Open de Lucio 2017.
Con un cupo de 8.350kg nos despedimos de las espectaculares instalaciones de Orellana.
Para la cena de entrega de trofeos volvimos a El Acueducto y aprovechamos para inmortalizar algunos momentos con los compañeros de Bass Madrid.
A la mañana siguiente nos levantamos temprano para salir hacia Valencia y nos despedimos del bello embalse de Orellana.
Hicimos la reglamentaria parada en Los Pucheros para almorzar…
…y enganchar con la autovía que nos llevaría hasta casa plácidamente.
Estas últimas líneas de esta crónica son para agradecer de nuevo el esfuerzo de la organización de Bass Madrid que apenas durmió unas horas durante aquel fin de semana para que todos nosotros pudiéramos un año más disfrutar de esta fiesta de la pesca del lucio. Una vez más felicitar a Bass Madrid por su excelente organización de este Open.